martes, 18 de enero de 2011

Caso Limones: el portero, gran y único perjudicado



Foto: El Eco de Jumilla

La semana pasada nos congratulábamos de que un daimieleño, Limones, fichaba por uno de los equipos más punteros de la Segunda División "B", el Melilla. Era un salto cualitativo en su carrera. Pasaba del colista, Jumilla, al sexto clasificado, Melilla. Sin embargo, su fichaje no ha podido hacerse realidad, al menos de momento, por las deudas de su equipo de origen Jumilla.

No es baladí este dato, porque hasta ahora, habíamos conocido casos de equipos que no podían fichar por tener sus fichas bloqueadas en la Federación por impagos a jugadores de la temporada anterior o por que no se había finiquitado a un entrenador cesado. Son los casos, entre muchos otros, de Puertollano, Guadalajara o Villarrobledo. Pero en el caso de Limones es al revés, el bloqueado es el equipo que se desprende del jugador, el Jumilla.

Las nuevas normativas
El galimatías económico en que ha derivado la Segunda B, ha propiciado que la Comisión Mixta, Federación-AFE, tomara la temporada pasada una serie de decisiones drásticas que se iban a llevar a cabo en esta misma campaña. La viabilidad económica va a primar en todos los aspectos antes que la clasificación deportiva y, por tanto, el que no pague lo que prometa o firme, lo va a pasar muy mal en las diferentes categorías del fútbol español.

Ya en pretemporada tuvimos el primer aviso de lo que iba a pasar esta campaña. La baja en Segunda B del Linares, por impagos, la ocupó el Almería B, que, deportivamente, no era el equipo al que le correspondía, pero sí el que puso encima de la mesa más de 700 mil euros que era la deuda del Linares. Así va a ser a partir de ahora.

Otra de las cuestiones que se ha cogido por los cuernos, es la de los impagos a jugadores. De Tercera división para arriba la normalidad es lo que debiera ser anormal, que se adeuda a los jugadores sin que apenas luego tenga repercusión en los clubes. Pues bien, uno de los aspectos que refleja la nueva reglamentación es que si hay deudas reconocidas de la temporada pasada, ningún club puede fichar nuevos jugadores, a no ser que esa deuda se salde. De ahí que haya un gran número de equipos de Segunda B y Tercera que no pueden fichar porque tienen deudas de la temporada anterior. Y ojo que, cuando la temporada termine, o se está a cero, o el equipo será descendido, tanto en Segunda B como en Tercera. Pero eso es harina de otro costal.

El Jumilla no puede desprenderse de Limones
Pero el caso del Jumilla es curioso porque no está fichando, de hecho no puede por las deudas que tiene contraídas, sino que lo que pretende es desprenderse de un jugador, que, además, tiene ficha "Profesional". La pregunta es ¿por qué no puede el Jumilla desprenderse de un jugador pretendido por otro club? La cuestión la van a entender.

Todos los equipos de Segunda B han de tener por lo menos a cuatro jugadores con ficha profesional. Resulta que Limones es uno de ellos en el Jumilla, pese a que llegó con la Liga empezada, según hemos podido saber. Por lo tanto, como el Jumilla tiene deudas federativas, lo que puede estar pasando es que el conjunto murciano está imposibilitado para cubrir el hueco de Limones, ya que ni puede fichar ni puede convertir en profesional a jugadores de su plantilla. O al menos esa es la explicación que hemos podido entrever en este lío.

Otra cuestión es que el Jumilla tenga deudas federativas con las fichas de este mismo año, (no sería la primera vez que se tramitaran fichas "dejándolas a deber") algo que desconocemos, pero lo que está claro es que el portero daimieleño se ha encontrado con una situación que, sabemos a ciencia cierta, le ha afectado anímicamente.

Porque ahora su situación es complicada. El jugador daimieleño recibió la carta de libertad del Jumilla, previa aceptación de perdonar los meses que le adeudaba el conjunto murciano. Pero resulta que esa carta de libertad es papel mojado mientras que el Jumilla no pague lo que debe a la Federación. Así que, federativamente hablando, Limones pertence aún al Jumilla, pese a que su cabeza esté ya en otro lado. Suponemos que se tendrá que reincorporar a la disciplina jumillana, aunque no sabemos si esa es la intención o las ganas del portero de Daimiel.

El jugador paga los platos rotos
Así pues, una norma que se hizo para beneficiar a los jugadores, y que tiene su lógica, se ha puesto en contra de uno de ellos, que no puede salir de un equipo que no le paga, a otro solvente, de mayor entidad y que había puesto sus ojos en Limones como portero de futuro. Y no sólo el Melilla, porque otros equipos, como el Lucena, del mismo grupo de Segunda B, también mostraron cierto interés en el meta daimieleño en las últimas fechas.

Es lógico que Limones no quiera hablar en estos momentos dada la difícil situación en que se encuentra, el mal trago pasado en su viaje a Melilla y perder, de momento, la oportunidad de pertenecer a un equipo puntero de Segunda B, con todo lo que ello conlleva. Ojalá que esta desagradable controversia se arregle, en beneficio del único perjudicado de esta historia, que no es otro que Limones, y que la suerte, hasta ahora esquiva para el portero daimieleño, vuelva a sonreirle como lo ha hecho desde que se hizo con la titularidad en el Jumilla.

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