A Criptana con cuatro bajas y dos serias dudas. En cuadro y con muchos juveniles

Que lleguen las vacaciones, por favor. El Daimiel CF está deseando que se produzca el parón navideño para que la situación comience a ser la normal en un equipo de fútbol demasiado zarandeado por acontecimientos extradeportivos desagradables. Desde luego la semana de tres partidos consecutivos no ha podido llegar en peor momento que el actual. Si a La Roda el equipo fue en cuadro, con doce jugadores de la primera plantilla, de los cuales solo jugaron diez, este domingo en Campo de Criptana (16:30 Agustín de la Fuente) la situación es similar… o peor.

La victoria ante el Socuéllamos el pasado jueves ha salido carísima al Daimiel CF. Tres son los sancionados por las consecuencias del mal arbitraje de Tapiador Aguado. Armindo fue expulsado con roja directa por insultar a un contrario, mientras que Noel y Rubén han cumplido ciclo de cinco amarillas, por lo que también han sido sancionados con un partido. Estas tres bajas, más las de Carlos García y Fran Blasco por lesión, y la de Corbacho, que no está a punto y ni siquiera se vistió de corto el jueves ante el Socuéllamos, suponen que de 16 jugadores de la plantilla, solo estén disponibles diez, de los cuales dos son porteros.

Fran Blasco y Corbacho podrían forzar
Es decir, que Joaquín Calahorra, que volverá a sentarse en el banquillo, cuenta, seguro, con ocho jugadores de campo y un portero. Es segura la presencia en el once inicial de un juvenil, probablemente Dachu, si no dos. Y es que Fran Blasco se ha vuelto a poner a disposición del técnico para jugar, pese a que su tobillo anda maltrecho. De hecho el central participó en el entrenamiento del viernes, realizado en el Nuestra Señora del Carmen, ya que en el Estadio no se pudo porque llovía (ya van cuatro sesiones en esta temporada), aunque a menor ritmo que el resto.

Si juega o no va a depender de lo que diga el propio jugador, aunque la sensatez indica que debería descansar y recuperarse bien para el partido ante el Albacete B que es en casa y ya el 3 de enero de 2010. Si Fran Blasco no juega, que es lo que aconseja el sentido común, Corbacho podría salir en el once inicial, pese a que no está físicamente al ciento por ciento, pero es que si no juega él, ni tampoco Fran Blasco, entonces tendría que haber dos juveniles en el once inicial.
Con todos estos condicionantes, la alineación más probable es la compuesta por Ruiz Caba en la portería, Paco en el lateral derecho, Pablo Jódar en el izquierdo, Juanpe y Jaime Núñez de centrales y, Quesada, junto al juvenil Dachu, en el doble pivote, Corbacho en la banda derecha, David Ruiz en la izquierda, Valdivia en la media punta y Naranjo como hombre más adelantado. En el banquillo quedarían Astillero, y cuatro juveniles o sólo tres si Fran Blasco se sienta en el banquillo.

Encaje de bolillos
Joaquín Calahorra, desde luego, le está dando vueltas a todos los condicionantes. El principal, la posición de central (con las bajas de Carlos García, Fran Blasco y Noel que se ceban en ese puesto) y el acompañante de Dachu en el medio centro. Pero también debe conjugar los intereses del Juvenil Nacional (equipo del que es entrenador) y afirma que “a Criptana llevamos a Dachu, Pincho y Jesús, un juvenil del equipo B que cumple ciclo y no puede jugar con los suyos. Además vamos a ver si, conforme vaya el partido contra el Cristo de la Vega puedo reservar a algún otro o no tengo más remedio que sacarlo. Veremos”. Como se ve un auténtico encaje de bolillos para tratar de cuadrar todas las plantillas y que nadie se sienta perjudicado.
En definitiva el Daimiel va a Campo de Criptana con un equipo absolutamente de circunstancias.

La plantilla es muy corta, 16 futbolistas, y cuatro bajas seguras, más otros dos jugadores mermados, le quitan mucho potencial al equipo que, aún así, tratará de darlo todo como así ha sido en las dos últimas jornadas. No obstante, la directiva debe tratar de poner remedio a esta situación, en la medida de lo posible, y también a lo del entrenador, otro tema preocupante y que complica sobremanera la recuperación deportiva del equipo.

Partido complicado
El rival de turno de los daimieleños es complicado. El Criptanense no está atravesando una buena racha de resultados, más bien al contrario, puesto que los blanquinegros no ganan desde el 8 de noviembre, (1-0 al Piedrabuena), es decir, cinco jornadas sin sumar los tres puntos. Ahora bien, todos los resultados obtenidos por el Criptanense son muy ajustados, tanto a favor como en contra. Fiel al estilo de su entrenador, Jesús Úbeda, los de Campo de Criptana basan su juego en encajar pocos goles.

El Criptanense viene de empatar en Hellín, en tiempo de descuento y con un gol en propia meta cuando los de Úbeda ya saboreaban la victoria. Un golpe duro que habrá que ver como le ha afectado al equipo. Por su parte la victoria del Daimiel ante el Socuéllamos ha sido balsámica porque ha borrado de un plumazo la mala racha que llevaba el conjunto blanco. Seis puntos separan a ambos conjuntos. El Criptanense es 13º en la tabla con 21 puntos, mientras que el Daimiel es penúltimo con 15.

El Daimiel no pierde en Campo de Criptana
En cuanto a los goles, criptanenses y daimieleños están igualados en los tantos a favor, 18, pero el Criptanense ha encajado 20 por 26 el Daimiel. Ahora bien, los de Úbeda han perdido los dos últimos partidos que han disputado en su campo Tomelloso (0-1) e Illescas (1-2). Pero el Daimiel no sabe lo que es ganar fuera de casa en lo que llevamos de competición. Dos empates es todo lo que han conseguido los blancos… y se produjeron en las dos primeras salidas.

En fin que hay datos a favor y en contra de cada uno de los equipos. De hecho el Daimiel ha jugado tres veces, en Tercera división, en el Agustín de la Fuente y nunca ha perdido. Es más, las dos últimas visitas a Campo de Criptana se saldaron con victoria. El partido es complicado pero parece que el Daimiel se ha conjurado y trata de demostrar que su situación actual no es la que le corresponde. Las adversidades parecen haber hecho fuerte a la plantilla. En Criptana, desde luego, tienen otra dura prueba de fuego.