Congelados (1-1)

El Daimiel ni pudo ni supo deshacerse de un Munera que llegaba a Daimiel con la sana intención de llevarse algo positivo para tratar de evitar el descenso. Los de Rimun volvieron a realizar un mal juego y esta vez el resultado no puede tapar las carencias del equipo. El Daimiel ha jugado muchas veces en el alambre, y en la matinal dominical, se rompió. Es verdad que el aire, fortísimo y el terreno de juego, helado y más duro que el pedernal, no ayudaron en nada. Pero también lo es que los de Rimun jugaron muchos minutos con un hombre más y a favor del viento. El equipo se atasca en ataque y no tiene claro qué hay que hacer para salvar una defensa ordenada y adelantada.

Hizo un frío espectacular en el Estadio, tanto, que la directiva, con buen criterio, cerró el acceso a la grada para que el público se situara en la zona de enfrente, al sol. No se llegó ni a cien valientes en el recinto deportivo, pero lo peor es que el Daimiel no pudo devolverles a los aficionados una alegría ante el frío y el viento en una mañana totalmente desapacible. El Daimiel se quedó aterido de frío, y los aficionados compungidos porque las dudas vuelven a sobrevolar por el Estadio. 

El viento, y el césped, un auténtico pedregal helado, fueron los protagonistas del partido. En la primera parte favoreció al Munera, que con lanzar balones adelante puso en jaque a la defensa del Daimiel. El gol visitante llegó así. Patada a seguir y Casti que es más listo que José Carlos y Dachu, e incluso Maxi que duda, y marca el 0-1. Era el primer gol en jugada que le hacen al Daimiel desde la duodécima jornada disputada en Malagón. Casti a punto estuvo de hacer el 0-2, ante un Daimiel que le costaba hilvanar juego. Al menos Raúl Martín hacía el empate en el descuento de la segunda parte de penalti, tras jugada individual que acaba en pena máxima sobre el propio Raúl Martín. Eso fue lo único que hizo el Daimiel en la primera parte.

Y eso que no se empezó del todo mal, porque pese al viento en contra, Chule e Ismael, que volvía al once inicial, robaban muchos balones y el Munera se quedaba en su campo. Pero con el gol todo cambió. La lentitud fue exasperante, lo mismo que la falta de ideas y solo la jugada individual de Raúl Martín en el descuento del primer tiempo, se salva del desaguisado. Raúl Martín volvía a marcar siete jornadas después, y muchos son los que piden que quizá su concurso sea más efectivo en las segundas partes que de inicio.

Rafa Cortés, desacertado

La segunda parte se ajustó al guión previsto. Sin jugar a nada, el Daimiel dominó territorialmente al Munera merced al fortísimo viento a favor. Hubo ocasiones para marcar el segundo, eso es innegable, sobre todo dos de Rafa Cortés que está absolutamente negado y parece que no le marca ni al arcoíris. Se quedó dos veces delante del portero, y en las dos Ñoño le ganó la partida. El Munera apenas sí se acercó al área de Maxi con el viento en contra, pero los blancos no supieron nunca como atacar la defensa adelantada del Munera, y, como digo, cuando Rafa Cortés las tuvo, las falló de forma desesperante. Por su parte el Munera, que en el once inicial contaba con nueve jugadores que han militado en Tercera división, se defendió bien. Intentaron los contragolpes, pero con nueve, y el viento en contra, fue imposible. De hecho solo sacaron un córner en todo el partido, y fue en la primera parte.

El árbitro, protagonista

También decir que el árbitro influyó en el desarrolló del partido. Primero con la expulsión de Moraga. Este y Juanan tienen un rifi rafe en principio poco aparente desde la grada, pero el colegiado lo resuelve con amarilla para Moraga, y acto seguido para Juanan, con lo que era la segunda para Juanan y su expulsión. Y una vez que expulsa a este, de repente se dirige a Moraga, y le enseña la segunda, con lo que también es expulsado. Algo le tuvo que decir Moraga al árbitro, pero desde luego estuvo fuera de lugar y perjudicó seriamente a su equipo.

Lo peor del árbitro vino dos minutos después, en el 54. ¡Cuánto mal hacen las decisiones de los árbitros de Primera! El meta del Munera, Ñoño, salió del área tocó con las dos manos un balón que le caía franca a Rafa Cortés. El árbitro, en vez de dejar seguir, en ocasión manifiesta de gol, pitó las manos fuera del área del meta, pero, incomprensiblemente, le sacó sólo amarilla al portero. Hubo grandes protestas, pero no sirvieron de nada. Una decisión, cuando menos discutible. El Daimiel acabó con diez y el Munera con nueve, porque una vez más dos minutos después, en el 56, Juan Antonio veía la segunda amarilla. Ni así pudieron los de Rimun, que dejaron escapar una gran oportunidad de poner tierra de por medio.

El Munera perdió tiempo, lógico, y Rodríguez Ruiz volvió a ser protagonista cuando casi en el minuto 90 pitó una falta dentro del área visitante a favor del Daimiel por, pensamos, pérdida de tiempo del portero, que era el que tenía el balón. Pero no amonestó tampoco en esta ocasión al portero, Ñoño, que incomprensiblemente veía como acababa el partido cuandohabía hecho méritos más que suficientes para irse antes de tiempo.

La alegría va por barrios

Está claro que la Liga va a dar muchísimas vueltas, como ya lo hemos dicho en anteriores ocasiones. Nada hay decidido para nadie porque la igualdad es máxima. No es que se pida juego de salón ni nada por el estilo, pero al menos sí que ideas en ataque, y más contundencia. Da la sensación de que el equipo sufre menos cuando juega a defender, y eso en casa se va a dar muy poquitas ocasiones. Las defensas adelantadas se le atascan a los de Rimun y las bandas no desbordan lo que debieran. Tampoco ayudan las múltiples protestas al árbitro. Frente al Munera, casi todas las tarjetas fueron por protestar, y el punto ha salido carísimo con Moraga, José Carlos y Jesús sancionados para Albacer, todos por protestar. Sin duda la directiva debería tomar cartas en el asunto. El Daimiel sigue líder, es cierto, y si n quitar ni un ápice del mérito que ello supone a estas alturas, también es cierto que llevamos ya tiempo en que el equipo ofrece dudas en el juego ofensivo. Es ahí donde hay que mejorar.

A vueltas con el horario

Y por último una observación que ya hice en este blog y he repetido en privado y público. El Daimiel está haciéndole el juego a sus rivales directos con poner el partido a las doce de la mañana. Más concretamente al Ciudad Real. Todo equipo que se enfrenta al Daimiel, quince días después lo hace en Ciudad Real. Todos los rivales son estudiados por el Ciudad Real y el resto de equipos cercanos (hoy también había de Carrión). Insisto que cuando está en juego un ascenso, todos los detalles hay que mirarlos. ¿Se acuerdan cuando Mourinho se quejaba de que siempre jugaba antes que el Barcelona? Pues se podrá estar de acuerdo o no, pero el hecho es que rivales desconocidos por la lejanía, aquí se estudian sin problema. Para hacer lo mismo, Rimun se tendría que ir a Villamalea cada domingo. En fin, es mi opinión y así tengo la obligación de darla.

FICHA TÉCNICA

1 DAIMIEL: Maxi, Fernando (Gonzalo, min. 45), Moraga, José Carlos (Jaime Núñez, min. 45), Chule, Francis (Paco, min. 77), Ismael (Bernal, min. 64), Rafa Cortés, Jesús y Raúl Martín.

1 MUNERA: Ñoño, Escribano (Raúl, min. 77), Juanan, Josevi, Emilio, Borja (Juanvi, min. 89), Casti (José Mari, min. 63), Panta, Rufi, Juan Antonio y Ángel (José Luis, min. 85).

ÁRBITRO: Rodríguez Ruiz, asistido en las bandas por Arias Jiménez y Gallego del Pliego. Mal. Enseñó tarjetas amarillas por el Daimiel a Raúl Martín, José Carlos, Jesús, Francis y Dachu. Expulsó por doble amarilla a Moraga en el minuto 52. Por parte del Munera la vieron Ángel, Ñoño y Rufi. Expulsó por doble amarilla a Juanan en el minuto 52 y Juan Antonio en el 56.

GOLES:

0-1, minuto 32. Casti.

1-1, minuto 45+1. Raúl Martín, de penalti.

INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Daimiel. Frío aterador. La directiva cerró el acceso a la grada para que el público se situara enfrente. Apenas cien espectadores. Muchísimo aire y césped helado y durísimo.

LA FOTO DE LA AFICIÓN