Dura,
durísima derrota del Motilla en casa. Que sí, que se cayó contra el líder y el
equipo menos goleado de la categoría, el Daimiel, pero que te hagan seis goles
en tu propio campo no es algo que se vea todos los días, y más de la manera que
se produjeron. En saques de esquina y faltas laterales culminados con remates de
cabeza. Y no es que los jugadores motillanos fueran enanos y los del Daimiel
gigantes, no, pero lo cierto es que 4 de los 6 tantos visitantes se produjeron
de idéntica forma. Es raro que le vuelva a ocurrir una cosa así a ambos equipos
en futuros partidos, porque la efectividad del Daimiel en el juego aéreo, o
mejor dicho, la caraja del equipo motillano en esa faceta fue
descomunal.
En
horario poco habitual, sábado a las 7 de la tarde, el Motilla soñaba con emular
ante Daimiel su victoria de la primera vuelta ante el por aquel entonces líder
Ciudad Real. Nada de eso ocurrió, ni siquiera un cierto atisbo, ya que en el
minuto 6 los visitantes ya mandaban en el marcador gracias a un tanto de
Rafa Cortés tras un cabezazo a la salida de un corner.
A pesar del tempranero gol
el Motilla no se amilanó y buscó con ahínco la portería rival encerrando al
Daimiel en su campo, pero la mejor defensa del campeonato se mantuvo firme y los
de Manolo fueron perdiendo gas hasta que el segundo gol, otra
vez de cabeza, se convirtió en mazazo y esta vez sí dejó tocados a los nuestros
que de nuevo, y poco antes del descanso recibían el tercero, adivinen, sí, de
cabeza.
Con el
partido casi resuelto la segunda mitad iba a servir para ver el orgullo de los
nuestros, pero en otro corner todo se iba a volver a repetir. Llegaba el 0 a 4.
Los rojillos eran un manojo de nervios por alto, el castigo era durísimo y eso
porque salvando ese gran lunar, los de Manolo estaban
realizando un encuentro bastante aceptable.
Amadeo,
siempre él, se encargó de recortar distancias con el 1-4 y animar algo al
personal. Manolo buscó la reacción e hizo de una tacada 4
cambios para dar entrada a la gente joven del banquillo. No se sabe si por las
energías renovadas o por la lógica relajación visitante, los nuestros empezaron
a tenerlas muy claras con un disparo al poste y otro al larguero. Sin nada que
perder ya, el equipo cerraba con 3 defensas y todos volcados al
ataque.
Últimos minutos, si cabe, más desgraciados
aún
El daño
estaba hecho ya con ese 1-4 pero faltaría el peor. El quinto del Daimiel
llegaría en una desafortunada acción local o mejor dicho de suerte visitante y
el sexto ya en el descuento, tras un penalti inexistente que encrespó a la
afición. Entre tanto Samuel se marchaba expulsado por 2 amarillas, (las dos
únicas amonestaciones del partido), una expulsión tan tonta como evitable. Y es
que el colegiado no quería ser menos y también buscó su dosis de protagonismo.
Si el partido está más que resuelto, porque complicarte aún más con 2 castigos
tan duros como un penalti y una expulsión rigurosa.
Lo cierto
es que el Motilla se desinfla a pasos agigantados y la plaga de lesiones tampoco
ayuda. Aún hay un colchón de puntos con los puestos de descenso pero cada vez se
van reduciendo más. Habría que ir pensando en amarrar la permanencia cuanto
antes, los nervios pueden pasar factura. La próxima jornada visita al colista
Albacer. Hay que cortar la sangría ya, sí o sí.
motillacf.ffcm.es
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