Así era el título de una conocida serie de televisión de finales de los setenta y comienzos de los ochenta. Así titulo lo que se le avecina al entrenador del Daimiel, Rimun. Nada menos que ocho bajas, a día de hoy jueves, tiene el técnico para su visita al Albacer del próximo domingo. Vamos, como si le hubiera mirado una máscara guarrona para hacerle mal de ojo.
Seis bajas son seguras, cuatro por sanción, una por lesión y la otra por viaje. Y otras dos serán duda hasta última hora, una por lesión y la otra por viaje. Empecemos por los sancionados. El punto ante el Munera ya dijimos que había salido carísimo. Moraga fue expulsado, por lo que tiene un partido de sanción, más otros tres compañeros vieron amarilla y cumplen ciclo, José Carlos, Jesús y Dachu. Esto quiere decir que la defensa está muy tocada con tres bajas seguras para Albacete.
Luego serán baja Alberto García, que se sigue recuperando de su dolencia en el pulmón, y Aarón, otro defensa, que se encuentra de viaje de estudios. Las dudas, muy serias, son la de Raúl Martín, que acabó tocado frente al Munera, y la de Gonzalo, que ya avisó que para este fin de semana tenía un viaje comprometido. Así pues, de 22 jugadores en plantilla (ya se sabe que Mochu y Adri no cuentan), a día de hoy Rimun sólo dispone de 14 jugadores seguros para ir a Albacete. Increible, pero cierto.
Es de esperar que de aquí al domingo no se produzca ni una sola baja más, porque si no habría que tirar de juveniles, y eso es algo que nadie quiere dada la situación un tanto comprometida en la que se encuentra ahora el equipo juvenil.
Por otro lado, esperemos que los sancionados se den cuenta del mal que hacen a sus compañeros cuando se producen protestas que nada llevan a buen puerto. Casi todas las tarjetas del domingo fueron por protestar, y ahora viene esta consecuencia con tantas bajas de golpe cuando la Liga está en el punto de que todos los errores se pueden pagar carísimos.
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