domingo, 17 de octubre de 2010

Demasiados goles para tan poco fútbol (4-2)


Seis goles, seis. Y en un partido del Daimiel. Casi ná, que diría aquel. Goles significa espectáculo pero de éste hubo apenas nada en el Nuestra Señora del Carmen. Los tantos llegaron en jugadas aisladas o a balón parado, e incluso el Daimiel pudo haber marcado alguno más, frente a un Munera que, pásmense, convirtió en los dos acercamientos serios que tuvo al área. La verdad es que el Munera sorprendió a propios y a extraños y demostró ser mejor equipo que lo que dice la clasificación.

Los de Torreca realizaron una primera parte para olvidar cuanto antes. Sin sitio, sin convicción, sin juego… sin ná. Perdónenme la expresión. Esperábamos a un Daimiel mandón, con intención de ir a por el partido, con el control del balón y de la situación, con ganas de permanecer por sexta semana invicto, ante un Munera que poco había dicho a los que le habían visto en directo. Hacía tiempo que el Daimiel no miraba por encima de la clasificación al rival de turno. Nada de eso se vio en los primeros 45 minutos. Más al contrario, fue el Munera el que, realizando un partido sin complejos, se hizo acreedor del centro del campo y del mando del balón.

Los munereños habían tenido una semana difícil. Su entrenador Pablo Pérez, había sido cesado y la marejada parece haberle sentado bien al conjunto de Albacete. Siempre que sucede eso, el jugador se motiva, y es posible que los blanquiazules saltaran al Nuestra Señora del Carmen a demostrar al técnico interino, Rafael Martínez, de lo que son capaces de hacer. El Munera jugó un 4-1-4-1 que maniató a los blancos, que jugaban a veces al 4-4-2 y otras al 4-2-3-1. Sin crear ocasiones, pero controlando el partido, el Munera se afianzaba en el campo con Cara siempre poniendo en aprietos a una defensa local que en este partido estuvo desconocida para lo que nos viene acostumbrando.

Primer gol, de la nada
El 0-1 es el paradigma de la mala apariencia del equipo. Un centro desde la línea de tres cuartos lanzado por Escribano, lo toca, de cabeza, en primera instancia Josete, que despista a Astillero, después remata, flojo, Killo, los de Munera piden con insistencia penalti por mano de alguien, y cuando parece que José Carlos va a despejar desde la misma raya de gol, le da al balón pero para dentro de su portería. No se puede hablar de gol en propia meta, porque cuando Killo toca, el balón va en dirección a la portería, pero desde luego José Carlos no tuvo nada de fortuna a la hora de sacar ese balón que no parecía difícil.

Era el minuto 29 de partido y muy poco más se puede destacar de este período como no sea la “endeblez” física, que, de repente, mostraron los munereños con constantes caídas y pérdidas de tiempo, así como bastantes aspectos negativos en los locales, así que lo mejor es que el técnico analice errores y los aficionados pasen página a la mayor brevedad.

El Daimiel se entona en la segunda parte
Para ganar el partido el Daimiel necesitaba dos goles, algo que no había conseguido nunca en un partido desde que comenzó la Liga. Es más, y este es el dato del partido, mientras que en las siete jornadas anteriores el Daimiel había materializado cuatro goles, en 45 minutos logró otros cuatro. Ver para creer. Para empezar Torreca realizó dos cambios muy necesarios. Dejaba en la caseta a Santi Vera y Dachu y entraban en el terreno de juego Agus e Iván, que de esa forma debutaba en el Daimiel.

Se demostró, que Vicente maneja mucho mejor al equipo desde atrás que no de media punta. Ni Dachu, ni Bernal consiguieron conectar en toda la primera parte con los de arriba, algo que en la segunda parte, sí sucedió. Uno de los dos sobraba para retrasar a Vicente y el técnico optó por el canterano. Pero también se demostró que jugar con dos puntas natos, como Naranjo e Iván, ofrece mucho más problemas a las defensas rivales, por muy pequeño que sea un campo. Si a esto unimos que Agus estuvo afortunado en la banda y que la preparación física del Daimiel es mejor que la del Munera, tenemos las claves de la remontada.

Goles a balón parado
El Daimiel no es que esté sacando mucho provecho a las jugadas a balón parado, algo fundamental dada la igualdad existente en la mayoría de los equipos. Frente al Munera no fue una excepción. Es más, los blanquiazules metieron en problemas por alto al conjunto blanco. Tanto a la hora de defender como de atacar, los visitantes ganaban casi todos los balones. Pero lo que son las cosas. El empate llegaba en el minuto 55, a balón parado. Falta en la media luna del área, pelín escorada a la izquierda del meta Toboso, que transforma Javi Murillo de fuerte zurdazo mandando la cepa del poste una pelota rasa inalcanzable para el meta.

Ese fue el primer fogonazo, porque el segundo llegaba en el 64. Naranjo aguanta como él sabe hacerlo un balón hasta la incorporación de los compañeros, pero le hacen falta. La saca Vicente, remata duro Bernal de cabeza, Toboso que rechaza como puede, y Saavedra, casi en el segundo palo, logra rematar al fondo de la portería. El Daimiel había dado la vuelta al marcador aprovechando sus dos primeras ocasiones claras. El escenario era el deseado, ya que ahora los blancos podían jugar a lo que mejor saben, defender y contraatacar. Al menos frente al Munera se esperaba más presencia del centro del campo, más toque. Pero no. Tuvo que ser en las contras donde llegaran las ocasiones para que los de Torreca, ahora sí, sentenciaran de forma muy clara el choque.

Así, en pleno desconcierto visitante, que, dicho sea de paso, intentó siempre ir a por el empate, dejando mejores sensaciones que lo que su clasificación indica, los daimieleños tuvieron dos ocasiones para dejar visto para sentencia el choque. Primero fue Naranjo, que sigue viendo a los porteros gigantes o las porterías pequeñas. El caso es que se quedó solo delante de Toboso, tenía a su lado a Iván pero optó por el recorte y… Toboso se la quitó. Dos minutos después, en el 67, es Iván el que se planta y dispara con dureza, pero Toboso envía a córner. El Daimiel buscaba la puntilla a la contra, mientras el Munera se quedaba con diez por expulsión de Killo tras una durísima entrada a Vicente. Pese a todo, el Munera no se rendía, lo que dejaba muchos espacios para los contragolpes locales, pero el Daimiel no era capaz de serenar el juego en el centro del campo, pese a jugar con superioridad numérica. La intranquilidad del resultado era máxima por la inconsistente defensa de los blancos, que no daban sensación de autoridad en las escasas aproximaciones blanquiazules.

Con todo, y como no, tras una contra, el Daimiel parecía sentenciar definitivamente en el minuto 76. Otra vez Naranjo recoge un balón largo, se va de su par se planta ante Toboso, tira.. y Toboso que rechaza. La pelota le vuelve a caer a Naranjo que esta vez ve a Agus, que, dentro del área y ante ya un par de defensas delante, ve el hueco preciso en la escuadra izquierda de la portería y con un sublime toque, pega en el poste y consigue el tercero.

Iván debuta con gol
El Daimiel parecía haber cerrado el partido, pero no. De nuevo a balón parado el Munera iba a conseguir acortar distancias. Escribano bota una falta que Rubio, al querer despejar, remata sobre su propia portería, Astillero hace un paradón, el rechace nadie lo despeja en condiciones, y al final es Aroca el que logra meter la pelota dentro de la portería. Quedaban diez minutos (que luego fueron quince) para terminar el partido y la cosa no estaba clara por las facilidades que en defensa daba el Daimiel ante un Munera que con muy poco estaba sacando petróleo de sus acercamientos.

El partido se cerró, ahora sí, cuando un despeje larguísimo de Jaime Núñez lo recibía Iván, dejaba sentado a su par, se marchaba raudo hacia Toboso, y ahora sí, por el palo corto, lograba sentenciar la victoria daimieleña. Es el primer gol de este último fichaje que, al margen del gol, dejó detalles de calidad y demostró que puede ser el delantero que le faltaba al Daimiel CF.

Al final lo importante son los puntos y el Daimiel amarró tres de suma importancia que colocan al equipo en mitad de la tabla, se suman seis jornadas permaneciendo invicto, se logra, por fin, marcar más de un gol en un partido y se sigue con esa buena racha, ya que en los últimos cinco partidos los de Torreca han conseguido perforar la portería rival.

FICHA TÉCNICA

4 DAIMIEL: Astillero, Javi Murillo (Heredia, min. 81), Santi Vera (Agus, min. 45), Rubio, Dachu (Iván, min. 45), José Carlos, Saavedra, Bernal, Vicente (Guti, min. 92), Naranjo (Dani Crognale, min. 89) y Jaime Núñez.

2 MUNERA: Toboso, Juanan, Aroca, José Luis, Pedroja, Josete (Benito, min. 83), Chángel (Luismi, min. 79), Moli (Cuchi, min. 89), Escribano (Chapu, min. 92), Killo y Cara.

ÁRBITRO: Gallego Abellán, asistido en las bandas por García García y Manzano Díaz, de la Delegación de Toledo. Regular, cortó muchísimo el juego. Mostró tarjetas amarillas por parte del Daimiel a Bernal, Naranjo, Dachu, Saavedra y José Carlos. Por parte del Munera la vieron Juanan, Pedroja, Josete y José Luis. Expulsó con roja directa al visitante Killo en el minuto 69.

GOLES:
0-1, minuto 29. Killo.
1-1, minuto 55. Javi Murillo.
2-1, minuto 64. Saavedra.
3-1, minuto 76. Agus.
3-2, minuto 80. Aroca.
4-2, minuto 91. Iván.

INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Nuestra Señora del Carmen. Poco público, unos 225 espectadores en fresca pero agradable. El riego efectuado antes del partido dejó empapada la grada (el viento venía de cara) con el consiguiente malestar de los aficionados, que se resguardaron como pudieron del “chaparrón”. Equipos y trío arbitral saltaron al terreno de juego por separado y no hubo saludos iniciales. La segunda parte demoró su comienzo porque el asistente vio una rotura en la red de una de las porterías que tuvo que ser subsanado por los operarios municipales.

LA FOTO DE LA AFICIÓN


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