El Carrión se enfrentaba este domingo a su Rubicón. Se medía al Teresiano con el único objetivo de conseguir los tres puntos que les acercaran a la salvación, al tiempo que metía en complicaciones a un Teresiano que pinta mal.
Sin embargo, tras los 90 minutos de juego, el empate a dos no deja contento a ninguno de los dos equipos. A los locales, porque pudieron decidir en la primera parte, pero ni la puntería ni el colegiado estuvieron por la labor; a los visitantes, porque después de saborear los tres puntos durante toda la segunda parte, se quedaron con la miel en los labios.
Se adelantó pronto un Carrión en una tarde muy agradable, con mucho público en las gradas. César aprovechó perfectamente una contra muy bien dibujada por los hombres de Chule. El equipo local era, por entonces, muy superior al de Malagón. Fueron veinte minutos en los que el partido pudo quedar visto para sentencia. Sin embargo, Yébenes Canuto no señaló un claro penalti a Iván y, no mucho después, los de Emiliano encontraron el talón de Aquiles del Carrión de ayer: el juego a balón parado. Vicente, a la salida de un córner, se adelantó a todos para reestablecer la igualada. El mismo jugador repetiría al comienzo de la segunda parte, en esta ocasión en un saque de falta.
El Carrión apretó, más con el corazón que con la cabeza. El Teresiano pudo haber matado el partido en el minuto 79, pero David Lirio se lució en un mano a mano para mantener vivo a su equipo.
El premio al esfuerzo carrionero llegó a cinco minutos del final. Un disparo de Fermín es rechazado por Steven e Iván, atento, lo aprovechó para, de volea, hacer el empate a dos.
El Carrión tenía tiempo para recuperar la ventaja. Iván, César y el mismo Fermín tuvieron el 3-2, pero no acertaron con el marco contrario y el encuentro terminó con un empate que no le vale a nadie.
laescuadradeportes.com
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