Con esta actitud, el Daimiel no va por buen camino (1-1)

O la actitud de determinados jugadores cambia, o el Daimiel CF está destinado a deambular sin rumbo por la Preferente. El conjunto de Santi volvió a decepcionar ante un equipo, el Miguelturreño, que no es, ni mucho menos, de lo más fuerte de la categoría. De nada sirven los taconcitos, los toquecitos, las milongas y las tonterías. Esto es fútbol de Regional Preferente y, que yo sepa, en ninguna categoría se ganan los partidos andando. O a alguno se le bajan los humos y aterriza para darse cuenta de que hay que correr más que el adversario, o este Daimiel será comparsa en la categoría.

Los de Santi comenzaron bien, desarbolando al Miguelturreño y dominándole. Cierto que el césped estaba altísimo y seco, porque no recibió riego alguno. Por tanto el juego se hizo lento, rasear el balón era complicado, y conducirlo, imposible. A lo largo de los minutos, esta circunstancia, junto con el enorme calor que hizo en Miguelturra, pasó factura a todos los que participaron en el partido. De hecho, a los diez minutos, ya había jugadores pidiendo agua.

Lo dicho, el Daimiel comenzó mandando claramente y embotellando a su rival que apenas sí pasaba del medio campo a no ser con algún patadón para buscar el contragolpe. No tiene suerte el Daimiel con los saques de esquina. Ismael remató de cabeza y de forma impecable el servicio de Francis, pero una vez más, un defensa sacaba en la misma línea cuando ya se cantaba el gol. Pero poco a poco el Daimiel se fue apagando. Su candidez ofensiva fue aprovechada por el Miguelturreño para empezar a despertar y buscar las cosquillas al rival.

El centro del campo de los morados desapareció por completo y el Daimiel empezó a dar pelotazos a tentetieso, empezando por el propio Astillero, para ver si Diego Buitrago los podía atajar y bajar para la media punta. Cierto que Diego Buitrago fue el que, al menos, más trabajo dio a los centrales locales, que se hincharon a hacerle faltas, porque no podían con él, sin que Yébenes Canuto amonestara a nadie. Incomprensible criterio del colegiado (contamos unas seis faltas realizadas a Diego Buitrago de todas clases) que hizo un nefasto arbitraje, ofreciendo un concierto de pito insoportable, y perjudicando por igual a unos y a otros.

El Miguelturreño se crece
Los últimos 25 minutos del primer tiempo fueron locales. Pero no porque desplegaran un juego o un dominio claro sobre el Daimiel. No. Fue a la contra cuando los dirigidos en este partido por Casto Sánchez (José Vicente Rojas estaba sancionado) generaron problemas muy serios a la zaga daimieleña. El primero en avisar fue Cala que echó fuera un balón precioso dentro del área. Y la segunda gran oportunidad fue una falta dentro del área por juego peligroso. Astillero repelió el potente chut de Jaime, mientras que el rechace le cayó a Luisfer, quien a bocajarro, lanzó un trallazo que en principio parecía que enviaba fuera, pero alguien la tuvo que desviar lo justo por milímetros porque el colegiado señaló córner.

El Daimiel había desaparecido. Los jugadores hacían la guerra por su cuenta. O se pegaba el pelotazo o se conducía, pero no había ni una sola acción meritoria, ni combinativa. Todo ello ante un Miguelturreño que no ofrecía nada del otro mundo, aunque se anticipaba y corría mucho más que sus rivales. La actitud, desde luego, había desnivelado la balanza a favor del equipo local.

Al minuto, gol del Miguelturreño
Y nada más salir de vestuarios, el mazazo para el Daimiel. Jugada por banda derecha del ataque local, centra Cala un balón raso, que se pasea por todo el área y en el punto de penalti, viniendo desde atrás, el hombre-gol del Miguelturreño (como advertíamos en la previa) Jaime empalmaba con todo enviando el balón al fondo de las mallas.

El Daimiel trató de responder pronto con un disparo de Sergio desde lejos que obligó a una espectacular parada a una mano de Aser. Fue un espejismo, porque esos eran los peores momentos del Daimiel en todo el partido. El equipo estaba absolutamente perdido, sin control en el centro del campo, perdiendo contínuamente balones y sin atisbo de reacción. La entrada de Vicente, que volvía a jugar al fútbol tras más de un año, y Eduardo, en principio no se notó. El centrocampista, con ganas de agradar, se le notó acelerado y falto del ritmo necesario, y una perdida suya de forma infantil, pudo costar muy caro al Daimiel.

Sin embargo con el paso de los minutos Vicente se fue asentando, cogiendo la manija del equipo y el Daimiel empezó a carburar. De forma renqueante, a base de arreones, trompicones y más voluntad que otra cosa, pero se hizo dueño del balón y pasó a dominar, ahora sí, de forma agobiante al Miguelturreño que no le quedó otra que acumular hombres atrás.

Juanda, al larguero
La pena fue que Diego Buitrago, fundido, tuvo que abandonar el terreno de juego y arriba no quedó una referencia clara, porque Eduardo no encuentra el sitió como delantero centro, aunque se vuelve muy peligroso cuando cae a banda. El caso es que casi de la nada, Juanda, recogió un balón en el pico del área y lanzo una vaselina que se fue a estrellar en el larguero ante el asombro de todos. Fue el comienzo del asedio daimieleño que culminaba con el tanto de Moraga, un golazo, de falta directa. Parece que le tiene tomada la medida Moraga al Miguelturreño proque en la temporada pasada marcó de la misma forma en Miguelturra. En esta campaña, es el primer tanto para el defensa.

En el 71 una tremenda torrija local al defender un córner, deja un espacio espedito a Juanda para que engatille a Aser, pero este detiene bien y empieza a erigirse en hombre importante de los suyos. El Daimiel dominaba pero era un ataque demasiado previsible con llegada y centro a la hoya. Y ya sin Diego Buitrago la ventaja era para Aser y sus defensas.

Últimos minutos locos
En los últimos minutos el partido se rompió. Los daimieleños se volcaron y dejaron espacios para los contragolpes locales. Eduardo tuvo una gran ocasión en el 83, pero cuando fua a tirar, Jesús tocó lo justo para enviar a córner. Poco después, en el 86, llegaba la enorme ocasión para el Miguelturreño. En un dos para uno, Sacra se la deja a Chelo que se queda solo ante Astillero. Este aguanta todo lo que puede y el delantero lanza duro pero al muñeco, cuando podía haber intentado la colocación. Astillero pudo repeler el disparo y la ocasión, y posiblemente el primer tirunfo como local del Miguelturreño, se fue al limbo.

En el descuento fue el Daimiel el que desesperó a sus aficionados. Dos ocasiones clarísimas, de las de empujarla, se perdieron por querer rizar el rizo o por querer llegar con el balón hasta la línea de gol. Para marcar gol hay que tirar, y en esas acciones dentro del área y con opciones ganadoras, no se puede dudar ni andar intentando la opción bonita cuando los puntos están en juego. Faltó ese remate que diera los tres puntos, y en una de las acciones incluso se produjo un "despeje" por parte del delantero visitante al querer rematar a puerta.

En definitiva, el Daimiel volvió a ser víctima de su apatía, de su falta de concentración e intensidad y, sobre todo, de su falta de instinto asesino. A este equipo, de momento, le falta gol, eso es más que evidente, necesita imprimir más carácter a los partidos y tendría que aprovechar mucho mejor las jugadas a balón parado porque el Daimiel dispuso de muchísimas opciones en el Estadio de Miguelturra, y la mayoría no fueron aprovechadas ni para inquietar a Aser.

Lo positivo es que el Daimiel sigue invicto después de seis jornadas, aunque después de cuatro empates consecutivos, los de arriba ya se van alejando peligrosamente. Y el caso es que los cuatro rivales han salido satisfechos con el empate cosechado contra el Daimiel (Munera, Piedrabuena FC, At. Ibañés y Miguelturreño) dada la reacción de jugadores y técnicos. Por su parte el Miguelturreño sigue sin saber lo que es ganar en casa.

FICHA TÉCNICA
1 MIGUELTURREÑO: Aser, Santi, Lope, Buda, Alberto (Chelo, min. 74), Jaime, Manzano (Álvaro, min. 75), Cala (Yoko, min. 61), Luisfer, Jesús y Sacra.

1 DAIMIEL: Astillero, Fernando, Moraga, Rubio, Jesús (Vicente, min. 51), Francis (Cala, min. 78), Juanda, Ismael (Martínez, min. 84), Ángel, Diego Buitrago (Paco, min. 60) y Sergio (Eduardo, min. 51).

ÁRBITRO: Yébenes Canuto, asistido en las bandas por Muñoz de Morales y Jiménez Ortiz. Muy mal. Paró en exceso el juego y tuvo errores que desquiciaron a unos y a otros. Enseñó amarillas por el Miguelturreño a Santi y Rubén Naranjo. Por el Daimiel la vieron Ismael y Moraga.

GOLES:
1-0, minuto 46. Jaime.
1-1, minuto 66. Moraga.

INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Miguelturra. Tarde de mucha calor. Céped natural muy alto, demasiado, y seco. Unos 200 espectadores en la grada.