lunes, 10 de diciembre de 2012

El Lucena derrota al Cádiz


Un error en el remate de Bermúdez completamente solo delante de Limones en el primer cuarto de hora, y un remate alto en inmejorable posición de Juan Villar mediados la segunda mitad. Fue lo único en ataque que hizo el Cádiz de Ramón Blanco en el Ciudad de Lucena. Aparte de eso, con los dedos de una mano y seguro que sobra más de uno, bastaría para contabilizar siquiera los centros al área de nuestros “extremos”. Y nunca mejor descrito lo del entrecomillado con unas bandas que ni atacan ni defienden. No es casualidad que ambos acabaran en la ducha antes de tiempo. Cero patatero para Dieguito, de nuevo con otra oportunidad desaprovechada y de nuevo otro cero para Juan Villar.

Ganó el Lucena de Falete. Y lo hizo cuando más duele y cuando ya no hay solución. Justo al final del partido. Le compramos la teoría a Blanco de que la expulsión de Domingo influyó en cierta forma. Cierto. Pero también es cierto que el Lucena CF sabe a lo que juega. Se comportó como un bloque aguerrido, donde cada balón lo disputaba como si fuera el último. Incluso no exento de calidad en dos hombres, casos de Sarmiento y Jesús Lanza en la medular celeste. Empezó el encuentro con un Cádiz complementable desbordable por ambas bandas. Especialmente Moke sufrió de lo lindo para sujestar al argentino Fede. Los locales lo tenían claro. Robar rápido y enseguida meter el balón a la espalda de los centrales. Así pudo marcar Fede en lo que fue la ocasión más clara. No tuvo muchas más, aunque muy pronto se vio que Garrido, Bermúdez y Moke son de otra categoría. Un fallo clamoroso del central cántabro acabó en una tarjeta amarilla a Albentosa que derribó a un atacante al borde del área cuando se marchaba para encarar a Aulestia.

Del Cádiz, sólo el quiero y no puedo de Fall en la creación y el juego tosco pero útil de Domingo como stopper por delante de la zaga. Ya al descanso la sensación en la grada era unánime: “quien marque gane”. Aunque también todos coincidían en que nada más por la insistencia, por el saber a lo que jugar, eran los locales los que tenían mayores papeletas. Tras la reanudación, el Lucena CF se bastaba con el oficio de Curro Vacas y el buen encuentro de Sergio Albioll para tener controlado al Cádiz. Un equipo amarillo muy retrasado y que cuando recuperaba el esférico siempre lo hacía muy alejado del inseguro portero Limones. Todo pudo cambiar en un resbalón inoportuno de Albioll. Ahí apareció Villar en lo único que hizo en toda la tarde. Sin embargo su disparo con la diestra se marchó muy lejos de la red. 
Falete se vio obligado a retirar a su ariete titular, Fernando. Aquejado de las cervicales tras una entrada de Garrido, posibilitó que el veterano Pineda se colocará en punta. Nada más salir este dejó su marca en el pecho de Albentoso. Era tarjeta amarilla pero el colegiado no quiso verla. Lo que nadie podía pensar es que el delantero suplente lucentino iba a convertirse en el estilete del encuentro. El sólo se encargó de forzar las dos tarjetas a Domingo. Las dos en la misma acción. En una por manos, y en la otra en una acción más que rigurosa y que seguramente no fuera ni falta. Faltaban poco más de cinco minutos y se intuía que el Cádiz podía sufrir sus consecuencias. Y tanto que las sufrió. El equipo dio un paso atrás. O dos. O tres. El Lucena CF vio que el Cádiz estaba contra las cuerdas y forzó. Y forzó. Primero un saque de banda, luego dos faltas, luego otro centro. Y en una de esas, apareció Pineda para primero dar el pase de la muerte a Fede y luego para remachar bajo palos una acción por la derecha, ya con 1-0 y con Adrián Gallardo en el terreno de juego por Bermúdez.
Ganó por tanto no el mejor, sino aquel que más creyó en la victoria. Ganó el Lucena CF, y es que en fútbol, una de las máximas es que si vas a empatar terminas perdiendo.

cadistasfinos.com

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