martes, 16 de noviembre de 2010

El Jumilla de Limones salió derrotado de casa del líder


No siempre se gana desplegando un buen fútbol, pero cuando un partido está equilibrado, normalmente, es la calidad la que acaba inclinando la balanza para uno de los dos lados. Eso es lo que ocurrió en el choque del Sevilla Atlético ante un voluntarioso Jumilla. El filial franjirrojo, mejor en el segundo acto que en el primero, se llevó todo el botín cuando más atascado tenía el litigio, apareciendo la figura de Rodri para certificar la victoria del líder.

Los chicos de Ramón Tejada salieron de la caseta tan fríos como la gélida mañana que hizo en la ciudad deportiva. Éstos no mostraron la misma intensidad que en otras ocasiones y estuvieron muy fallones en el último. Así, el cuadro murciano, no dudó en dar un pasito adelante para crear peligro sobre la portería de Julián, que vio cómo, en el minuto 22, el balón se envenenó por el viento y se estrelló en el poste tras una falta botada por David Sánchez. Fue el primer aviso del once de Óscar Mena, que, pasada la media hora, tuvo una doble ocasión para haber hecho el 0-1. Sin embargo, apareció Julián, que va creciendo con el paso de los partidos, para desviar los remates de Juanjo y Dieguito.

Lo mejor que le pudo pasar al segundo equipo nervionense fue la llegada del descanso, ya que desde el comienzo del segundo tiempo se vio un Sevilla Atlético diferente. Luis Alberto intervino más en el juego y la prueba de ello fue el centro que le puso a Rodri, en el minuto 49, para que éste se sacara de la chistera una chilena que el portero daimieleño Limones desvió a córner con una soberbia estirada.

Con el paso de los minutos, los franjirrojos pisaron el acelerador y Tejada, listo desde el banquillo, mandó un mensaje a sus jugadores con la entrada de Samuel por Morales, metiendo en el campo más dinamita. Fue entonces cuando apareció Rodri, en el minuto 68, para hacer el 1-0 con un zapatazo, desde la frontal del área, que se coló en la portería de Limones como un obús. Tremenda la violencia con la que el delantero de Soria golpeó el balón.

Pero la variedad de recursos del atacante del filial es sorprendente. A su velocidad y pegada hay que unirle su descaro dentro del área a la hora de desmarcarse, como se comprobó en su segundo gol, al dejar a su par sin tiempo de reacción para rematar el córner sacado por Jairo Caballero. Ahí murió un compromiso que sirvió al cuadro sevillista para afianzarse en el liderato, cosechando su quinta victoria consecutiva.

Foto y Crónica de Diario de Sevilla

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