miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Ciudad Real, nuevo líder de Preferente gracias a un penalti muy discutido por el Carrión


Al CD Ciudad Real le bastó un penalti a favor tan claro como absurdo para superar a un buen Carrión y, a la vez, colocarse al frente de la clasificación después del error cometido por el Daimiel. Para mayor dolor de los carrioneros, que desplegaron un elogiable ejercicio de honor sobre el césped del Estadio Rey Juan Carlos I, esa pena máxima se produjo justo en el rincón lateral del área, en una jugada sin peligro en la que el ariete Paco buscó el regalo y lo encontró en la inoportuna pierna de Oraá. El cuadro visitante protestó y consideró tras el envite desacertada la decisión del colegiado de señalar el penalti. Pero, desde la grada y con la máxima objetividad posible, pareció claro.
El propio Paco desenvolvió el regalo y encontró el premio del gol que, a la postre, resultó decisivo y que llegó en el minuto 40 del encuentro. Si con la objetividad en la mano pareció justo el penalti, con ella misma hay que apuntar que el resultado final no hizo justicia a lo que se vio en el terreno de juego.


Nunca cogió el Deportivo el mando del partido. Álvaro y Marchán, en la zona media, pasaron muy desapercibidos la mayor parte de los minutos y en la segunda parte el cambio de sistema ordenado por el técnico Javi Hernández (pasó a tres defensas y metió a Juanjo en la medular) tampoco dio sus frutos.


Hay que otorgarle méritos al Carrión para provocar ese desbarajuste en el juego azul. El bloque de Vicente Arévalo, metido en la zona de descenso, jugó con desparpajo en el grandioso campo de la capital y mereció un premio mayor, al menos el de un punto. Luchó hasta el último segundo la escuadra verde, que puso en tensión a la afición del Dépor, confiada en que su equipo iba a sumar el triunfo con relativa facilidad.


De hecho, el tramo final del encuentro fue agónico para los locales y así lo tuvo que ver el propio Javi Hernández, que en los últimos ocho minutos del partido realizó cuatro sustituciones entre sus jugadores. Imagínense lo poco que se pudo jugar entonces. 


Ya arrancó el Carrión con muchos bríos un envite que tuvo una primera parte sosa y con poco talento, en la que lo más destacado en calidad fueron dos grandiosos ‘cañitos’ por bandos, uno de Arroyo por el Dépor y otro de Santi, por el Carrión.


Crecidos ante la falta de intensidad de los capitalinos, el bloque carrionero merodeó con ‘mala leche’ la portería de David Lirio, aunque sin acierto en el último pase o en el remate. El nuevo líder, por su parte, mantuvo la compostura por su favoritismo y, eso sí, gozó de la mejor oportunidad del duelo: el meta carrionero Busi erró y dejó un balón franco en el área pequeña a Carlos Arroyo, quien, incomprensiblemente, falló en el control; la jugada no acabó ahí, y Paco recogió el esférico para fusilar al propio Busi, quien, con un paradón, se resarció de su error anterior.


Luego llegaría ese penalti absurdo y el 1-0 con el que arrancó una segunda parte que mantuvo el mismo guión, aunque para entonces el juego ofensivo del Dépor se convirtió en un cúmulo de despropósitos, lleno de malas entregas, de lanzamientos al limbo y de acciones peligrosas inacabadas. A eso acompañó un clamoroso riesgo en defensa, con una línea muy adelantada.
Por su parte, el Carrión mantuvo hasta el final la fe en sus posibilidades y apretó hasta el último segundo, con más fuegos artificiales que peligro real, a un Deportivo que, con lo mínimo, se colocó como nuevo líder.


lanzadigital.com

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