El titular de esta crónica no
pretende crear alarmismo. Crisis significa cambio y el Daimiel lleva en los
últimos partidos una dinámica muy distinta a la que nos había acostumbrado. O a
lo mejor no tanto. Porque, una vez más, el conjunto de Rimun deambuló sin saber
muy bien qué hacer sobre el césped del Félix Barrero durante 70 minutos, para
luego, a base de fuerza, embotellar al Teresiano, pero sin real peligro sobre
la meta de Manza. Una crisis, un verdadero cambio en determinados
planteamientos, es lo que necesita el Daimiel CF. Y lo necesita de forma y
manera urgente.
Esta crónica, más que escribir
sobre el partido, pretende ser una reflexión. Un pararse a pensar, todos, qué
es lo que se quiere, hacia dónde se va y con qué argumentos. En Malagón hubo
futbolistas que se borraron del partido. Y algunos que no jugaron, también se
borraron. Otros, por el contrario, sacaron la vergüenza torera y ofrecieron lo
que tuvieron hasta el final. Porque ahí sí, el Daimiel, físicamente, fue muy
superior al Teresiano. Que cada futbolista del Daimiel asuma su rol. Pero, lamentablemente, habrá que indicar que en los tres
últimos partidos el Daimiel no ha sabido a lo que jugaba, menos al verse por
detrás en el marcador.
Del partido, la verdad, hay
poco que contar, porque hubo cuatro disparos a puerta, y tres acabaron en gol;
el del Daimiel, por supuesto, a balón parado tras sacarse el único córner que
se botó en la segunda parte. Por cierto el Teresiano no sacó ni un solo saque
de esquina en todo el partido. Salvo error u omisión en mis cuentas, así fue.
Creo que es la primera vez que cuento algo así en un partido del Daimiel CF
como visitante.
Un Daimiel roto… por dentro
Cada vez hay menos dudas de
que este Daimiel necesita bisturí. Algo sucede en el equipo blanco y, aunque
duele decirlo, la Directiva debe empezar a tomar medidas. Una Directiva que,
como los buenos médicos, debe explorar al enfermo, determinar las causas de la enfermedad,
y extirpar el o los elementos malignos. Analizar fríamente la composición de la
plantilla, pero ojo, también el comportamiento de determinados jugadores, tanto
dentro como fuera del campo. Su asistencia a los entrenamientos, su compromiso,
su aceptación de la suplencia, si ese es el caso, el rendimiento calidad/precio…
No soy yo quién para dar consejos, pero por ahí creo que está el comienzo de la
solución.
En cuanto al técnico, nadie le
puede negar su compromiso con el Club y su enorme capacidad para trabajar y
hacerse kilómetros para ver rivales. Es un hombre de Club y lo ha demostrado.
Pero no es infalible. Algunas decisiones del partido ante el Teresiano son
difíciles de comprender, y lo peor para él, es que su equipo sigue dando una
imagen pobre cuando se ve por detrás en el marcador. Hay cosas que se entienden
poco, como la obsesión por la rotación en la portería. Hoy Maxi falló
clamorosamente en el primer gol, obra del exdaimieleño Alberto Pérez. No quiero
decir con esto que sea culpable de la derrota ni que no merezca ser el titular,
pero un puesto tan sensible como el de la portería no debe estar al albur de
componendas como si esto fuera un equipo de juveniles.
La posición de determinados
jugadores, pese a la persistencia de las carencias, sigue siendo cuando menos
sorprendente. Sin meternos a técnicos, porque además entiendo que el entrenador es el que mejor los conoce y el que ve cn qué actitud entrenan, entiendo que hay que abrir debates que
consideramos constructivos. Rubio es un gran central, pero un lateral normal
que no ayuda en ataque y suele ser superado en velocidad. Moraga salió de
central y anduvo un tanto perdido con José Carlos. A la defensa le entraron
dudas. Jugando de lateral izquierdo, ya en la segunda parte, las entradas por banda de Moraga generaron
mucho peligro, con Fernando en el centro, ya felizmente recuperado de su
lesión. La única buena noticia del partiddo. Pedrero sufre en partidos de este nively tampoco ayudó mucho en ataque. Ismael se vació, y cortó muchos
balones, aunque en la entrega fallase. Y Bernal también hizo un buen desgaste
físico.
Raúl Martín ofreció poco, lo
mismo que Dani Gómez. Jesús, un chaval con enormes condiciones, deambula por el
terreno de juego sin ofrecerse ni ofrecer. Además en la segunda parte retrasó
su posición, y cuando ya se iba a la heroica, seguía muy retrasado, con Rafa
Cortés como único estilete. Porque en Malagón al menos hubo heroica, algo que
no sucedió ante el Pedroñeras. Francis vive su particular desencanto en banda.
No es su sitio tampoco, o al menos no lo parece, y apenas desborda. Tiene querencia a venirse al centro
y no encara.
Ese era el panorama en una
primera parte para olvidar. Eso sí, Jesús en el 11 puso a prueba al portero local con un duro
disparo que despejó Manza. Luego, en el 15, Alberto Pérez se aprovechaba de un
horrible despeje de puños de Maxi, en un balón rebotado por el larguero a tiro
de Silvio, y así conseguía el 1-0. Nada más dio de sí el primer tiempo, donde
los daimieleños botaron cuatro saques de esquina. Todo ello ante un Teresiano
que, en cuanto a juego, no es ni la sombra de lo que proponía Manolo Delgado,
ya que el estilo ha cambiado de forma radical a un fútbol directo y mucho más
aguerrido que el que nos tenía acostumbrado el anterior entrenador del At. Teresiano. Pero oiga, mucho más efectivo, tres de tres desde que en el Teresiano se cambió de entrenador.
Gol a los 40 segundos de la reanudación
El segundo gol local, llegaba
un una jugada muy rápida por la banda derecha del ataque local. Una autopista
que no supieron frenar ni Pedrero ni Raúl Martín y que acababa con un remate en
el área pequeña de Peñuela al fondo de las mallas. Vista la trayectoria del
Daimiel, el 2-0 se hacía harto imposible de remontar. Más cuando en el minuto
54, Rubio veía la segunda amarilla. La cosa pintaba muy mal. Pero sin embargo parece que esa expulsión
espoleó a los blancos. La presencia de Rafa Cortés, con mucha más movilidad y
peligro que Dani Gómez, la entrada de Fernando y la posición de Moraga en
banda, junto con la frescura de Alberto García, le dieron otro aire al equipo. Decisiones todas ellas de Rimun que ayudaron a mejorar la imagen y a hacerse, al menos, con el control territorial del partido.
Pero más que juego era orgullo lo que ponía el Daimiel en el tapete.
Ganas por tratar de seguir en la brecha aunque fuese a base de bemoles. El
Daimiel merodeaba el área y lanzaba balones a la hoya para que los peleara Rafa
Cortés contra todos. Así llegó la expulsión del local Óscar que decantaba
totalmente el partido para los blancos, mucho más fuertes físicamente. Aquí le faltó
decisión a Rimun para subir a Jesús, muy retrasado en el medio centro, para
tratar de obligar al Teresiano con más jugadores arriba o subir a algún
palomero más. Raúl Martín, pareció quererse meter más en el partido, y sacó un
par de faltas peligrosas a sus rivales e incluso botó una que engañó a todo el
mundo pero se iba desviada.
Llegaba el gol de José Carlos,
en el único córner del segundo tiempo, e incluso se podía soñar con el empate
por esos arreones de orgullo que estaba sacando el Daimiel. Rafa Cortés seguía
incordiando el solo contra todos, pero no tuvo fortuna, bien es verdad que
lo que le llegaban eran “melones” y no balones prestos para el remate. También
se vio falta de compenetración entre futbolistas, quizá por aquello de que no
todos entrenan todos los días. Insisto que faltó una ayuda a Rafa Cortés arriba para ir
a por el empate porque ya daba igual que cayera el tercero, si es que caía, y
de esa forma obligar en defensa a los locales que físicamente aguantaron peor. Precisamente Jesús a punto estuvo de llegar a un balón en el segundo palo tras el saque de una falta lateral. Pero,
al final lo que llegó fue una nueva derrota dejando una impresión lamentable a
los muchos aficionados de Daimiel que se desplazaron a Malagón.
Sin ánimo de ofender
Repito, la actitud de algunos
en Malagón hay que hacérsela mirar. Equipo se hace en el terreno de juego, en
el vestuario y en la grada. Lo que pudimos ver e intuir no nos gustó en
absoluto y la Directiva tiene que empezar a poner coto. Si Rimun es el
entrenador para esta Junta Directiva, lo tiene que ser con todas las
consecuencias. Empezando por los propios directivos, y terminando por el
jugador que nunca es convocado. Y si eso no se entiende, mejor cambiar de Club
y conocer cómo se las gastan por otros lares.
Eso no quiere decir que se le
dé un cheque en blanco al técnico, porque hay que analizar también la falta de
reacción del equipo cuando se ve abajo (no se ha remontado ni un solo partido oficial
que se ha ido perdiendo). Pero no sólo eso, sino también, y como dije antes,
los directivos deberían atender a la planificación de la plantilla, la
asistencia a los entrenamientos, el rendimiento calidad/precio y la implicación
del jugador con el Club y sus compañeros, más aún, cuando se está en el
banquillo. Todo ello bajo el prisma de las exigencias que requiere un equipo que quiere estar en lo más alto. Más claro, agua.
FICHA TÉCNICA
2 AT. TERESIANO: Manza,
Juanve, Miguel, José Julián, José Luis, Óscar, Alberto Pérez (Néstor, min. 88),
Peñuela (Edgar, min. 76), Silvio (Aitor, min. 77), Javi Díaz y Carlos Javier
(Caminero, min. 67).
1 DAIMIEL: Maxi, Rubio,
Pedrero (Fernando, min. 57), José Carlos, Moraga, Bernal (Willow, min. 45), Francis (Alberto García, min. 69), Ismael, Dani Gómez (Rafa Cortés, min. 45), Jesús y Raúl Martín.
ÁRBITRO: Castellanos Morales, asistido en bandas por Carpio Casero y Díaz Rubio. No influyo en el resultado pero fue un arbitraje muy malo. Falto de personalidad y pitando muchas veces "de oído". Enseñó tarjetas amarillas por el At. Teresiano a Juanve y expulsó con doble amarilla Óscar en el minuto 74. Por parte del Daimiel CF vieron amarilla José carlos y Rafa Cortés. Expulsó, por doble amonestación a Rubio, en el minuto 54.
GOLES:
1-0, minuto 15. Alberto Pérez.
2-0, minuto 46. Peñuela.
2-1, minuto 84. José Carlos.
INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Félix Barrero de Malagón. Tarde fresca con bastante viento. Césped artificial en regular estado. Unos 300 espectadores con mucho público de Daimiel.
Penoso aprende de futbol
ResponderEliminarpenoso es poco lo que le pasa a rimunnn
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