lunes, 14 de noviembre de 2011

Crisis Total (2-1)


El titular de esta crónica no pretende crear alarmismo. Crisis significa cambio y el Daimiel lleva en los últimos partidos una dinámica muy distinta a la que nos había acostumbrado. O a lo mejor no tanto. Porque, una vez más, el conjunto de Rimun deambuló sin saber muy bien qué hacer sobre el césped del Félix Barrero durante 70 minutos, para luego, a base de fuerza, embotellar al Teresiano, pero sin real peligro sobre la meta de Manza. Una crisis, un verdadero cambio en determinados planteamientos, es lo que necesita el Daimiel CF. Y lo necesita de forma y manera urgente.

Esta crónica, más que escribir sobre el partido, pretende ser una reflexión. Un pararse a pensar, todos, qué es lo que se quiere, hacia dónde se va y con qué argumentos. En Malagón hubo futbolistas que se borraron del partido. Y algunos que no jugaron, también se borraron. Otros, por el contrario, sacaron la vergüenza torera y ofrecieron lo que tuvieron hasta el final. Porque ahí sí, el Daimiel, físicamente, fue muy superior al Teresiano. Que cada futbolista del Daimiel asuma su rol. Pero, lamentablemente, habrá que indicar que en los tres últimos partidos el Daimiel no ha sabido a lo que jugaba, menos al verse por detrás en el marcador.

Del partido, la verdad, hay poco que contar, porque hubo cuatro disparos a puerta, y tres acabaron en gol; el del Daimiel, por supuesto, a balón parado tras sacarse el único córner que se botó en la segunda parte. Por cierto el Teresiano no sacó ni un solo saque de esquina en todo el partido. Salvo error u omisión en mis cuentas, así fue. Creo que es la primera vez que cuento algo así en un partido del Daimiel CF como visitante.

Un Daimiel roto… por dentro
Cada vez hay menos dudas de que este Daimiel necesita bisturí. Algo sucede en el equipo blanco y, aunque duele decirlo, la Directiva debe empezar a tomar medidas. Una Directiva que, como los buenos médicos, debe explorar al enfermo, determinar las causas de la enfermedad, y extirpar el o los elementos malignos. Analizar fríamente la composición de la plantilla, pero ojo, también el comportamiento de determinados jugadores, tanto dentro como fuera del campo. Su asistencia a los entrenamientos, su compromiso, su aceptación de la suplencia, si ese es el caso, el rendimiento calidad/precio… No soy yo quién para dar consejos, pero por ahí creo que está el comienzo de la solución.

En cuanto al técnico, nadie le puede negar su compromiso con el Club y su enorme capacidad para trabajar y hacerse kilómetros para ver rivales. Es un hombre de Club y lo ha demostrado. Pero no es infalible. Algunas decisiones del partido ante el Teresiano son difíciles de comprender, y lo peor para él, es que su equipo sigue dando una imagen pobre cuando se ve por detrás en el marcador. Hay cosas que se entienden poco, como la obsesión por la rotación en la portería. Hoy Maxi falló clamorosamente en el primer gol, obra del exdaimieleño Alberto Pérez. No quiero decir con esto que sea culpable de la derrota ni que no merezca ser el titular, pero un puesto tan sensible como el de la portería no debe estar al albur de componendas como si esto fuera un equipo de juveniles.

La posición de determinados jugadores, pese a la persistencia de las carencias, sigue siendo cuando menos sorprendente. Sin meternos a técnicos, porque además entiendo que el entrenador es el que mejor los conoce y el que ve cn qué actitud entrenan, entiendo que hay que abrir debates que consideramos constructivos. Rubio es un gran central, pero un lateral normal que no ayuda en ataque y suele ser superado en velocidad. Moraga salió de central y anduvo un tanto perdido con José Carlos. A la defensa le entraron dudas. Jugando de lateral izquierdo, ya en la segunda parte, las entradas por banda de Moraga generaron mucho peligro, con Fernando en el centro, ya felizmente recuperado de su lesión. La única buena noticia del partiddo. Pedrero sufre en partidos de este nively tampoco ayudó mucho en ataque. Ismael se vació, y cortó muchos balones, aunque en la entrega fallase. Y Bernal también hizo un buen desgaste físico.

Raúl Martín ofreció poco, lo mismo que Dani Gómez. Jesús, un chaval con enormes condiciones, deambula por el terreno de juego sin ofrecerse ni ofrecer. Además en la segunda parte retrasó su posición, y cuando ya se iba a la heroica, seguía muy retrasado, con Rafa Cortés como único estilete. Porque en Malagón al menos hubo heroica, algo que no sucedió ante el Pedroñeras. Francis vive su particular desencanto en banda. No es su sitio tampoco, o al menos no lo parece, y apenas desborda. Tiene querencia a venirse al centro y no encara.

Ese era el panorama en una primera parte para olvidar. Eso sí, Jesús en el 11 puso a prueba al portero local con un duro disparo que despejó Manza. Luego, en el 15, Alberto Pérez se aprovechaba de un horrible despeje de puños de Maxi, en un balón rebotado por el larguero a tiro de Silvio, y así conseguía el 1-0. Nada más dio de sí el primer tiempo, donde los daimieleños botaron cuatro saques de esquina. Todo ello ante un Teresiano que, en cuanto a juego, no es ni la sombra de lo que proponía Manolo Delgado, ya que el estilo ha cambiado de forma radical a un fútbol directo y mucho más aguerrido que el que nos tenía acostumbrado el anterior entrenador del At. Teresiano. Pero oiga, mucho más efectivo, tres de tres desde que en el Teresiano se cambió de entrenador.

Gol a los 40 segundos de la reanudación
El segundo gol local, llegaba un una jugada muy rápida por la banda derecha del ataque local. Una autopista que no supieron frenar ni Pedrero ni Raúl Martín y que acababa con un remate en el área pequeña de Peñuela al fondo de las mallas. Vista la trayectoria del Daimiel, el 2-0 se hacía harto imposible de remontar. Más cuando en el minuto 54, Rubio veía la segunda amarilla. La cosa pintaba muy mal. Pero sin embargo parece que esa expulsión espoleó a los blancos. La presencia de Rafa Cortés, con mucha más movilidad y peligro que Dani Gómez, la entrada de Fernando y la posición de Moraga en banda, junto con la frescura de Alberto García, le dieron otro aire al equipo. Decisiones todas ellas de Rimun que ayudaron a mejorar la imagen y a hacerse, al menos, con el control territorial del partido.

Pero más que juego era orgullo lo que ponía el Daimiel en el tapete. Ganas por tratar de seguir en la brecha aunque fuese a base de bemoles. El Daimiel merodeaba el área y lanzaba balones a la hoya para que los peleara Rafa Cortés contra todos. Así llegó la expulsión del local Óscar que decantaba totalmente el partido para los blancos, mucho más fuertes físicamente. Aquí le faltó decisión a Rimun para subir a Jesús, muy retrasado en el medio centro, para tratar de obligar al Teresiano con más jugadores arriba o subir a algún palomero más. Raúl Martín, pareció quererse meter más en el partido, y sacó un par de faltas peligrosas a sus rivales e incluso botó una que engañó a todo el mundo pero se iba desviada.

Llegaba el gol de José Carlos, en el único córner del segundo tiempo, e incluso se podía soñar con el empate por esos arreones de orgullo que estaba sacando el Daimiel. Rafa Cortés seguía incordiando el solo contra todos, pero no tuvo fortuna, bien es verdad que lo que le llegaban eran “melones” y no balones prestos para el remate. También se vio falta de compenetración entre futbolistas, quizá por aquello de que no todos entrenan todos los días. Insisto que faltó una ayuda a Rafa Cortés arriba para ir a por el empate porque ya daba igual que cayera el tercero, si es que caía, y de esa forma obligar en defensa a los locales que físicamente aguantaron peor. Precisamente Jesús a punto estuvo de llegar a un balón en el segundo palo tras el saque de una falta lateral. Pero, al final lo que llegó fue una nueva derrota dejando una impresión lamentable a los muchos aficionados de Daimiel que se desplazaron a Malagón.

Sin ánimo de ofender
Repito, la actitud de algunos en Malagón hay que hacérsela mirar. Equipo se hace en el terreno de juego, en el vestuario y en la grada. Lo que pudimos ver e intuir no nos gustó en absoluto y la Directiva tiene que empezar a poner coto. Si Rimun es el entrenador para esta Junta Directiva, lo tiene que ser con todas las consecuencias. Empezando por los propios directivos, y terminando por el jugador que nunca es convocado. Y si eso no se entiende, mejor cambiar de Club y conocer cómo se las gastan por otros lares.

Eso no quiere decir que se le dé un cheque en blanco al técnico, porque hay que analizar también la falta de reacción del equipo cuando se ve abajo (no se ha remontado ni un solo partido oficial que se ha ido perdiendo). Pero no sólo eso, sino también, y como dije antes, los directivos deberían atender a la planificación de la plantilla, la asistencia a los entrenamientos, el rendimiento calidad/precio y la implicación del jugador con el Club y sus compañeros, más aún, cuando se está en el banquillo. Todo ello bajo el prisma de las exigencias que requiere un equipo que quiere estar en lo más alto. Más claro, agua.

FICHA TÉCNICA
2 AT. TERESIANO: Manza, Juanve, Miguel, José Julián, José Luis, Óscar, Alberto Pérez (Néstor, min. 88), Peñuela (Edgar, min. 76), Silvio (Aitor, min. 77), Javi Díaz y Carlos Javier (Caminero, min. 67).

1 DAIMIEL: Maxi, Rubio, Pedrero (Fernando, min. 57), José Carlos, Moraga, Bernal (Willow, min. 45), Francis (Alberto García, min. 69), Ismael, Dani Gómez (Rafa Cortés, min. 45), Jesús y Raúl Martín.

ÁRBITRO: Castellanos Morales, asistido en bandas por Carpio Casero y Díaz Rubio. No influyo en el resultado pero fue un arbitraje muy malo. Falto de personalidad y pitando muchas veces "de oído". Enseñó tarjetas amarillas por el At. Teresiano a Juanve y expulsó con doble amarilla Óscar en el minuto 74. Por parte del Daimiel CF vieron amarilla José carlos y Rafa Cortés. Expulsó, por doble amonestación a Rubio, en el minuto 54. 

GOLES:
1-0, minuto 15. Alberto Pérez.
2-0, minuto 46. Peñuela.
2-1, minuto 84. José Carlos.

INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Félix Barrero de Malagón. Tarde fresca con bastante viento. Césped artificial en regular estado. Unos 300 espectadores con mucho público de Daimiel.

 

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