domingo, 20 de febrero de 2011

Daimiel y At. Teresiano pudieron ganar en una segunda parte de poder a poder (1-1)


Justo empate entre Daimiel CF y Atlético Teresiano que tuvo dos partes muy diferenciadas. Una primera tediosa y falta de ritmo con dos equipos muy temerosos del rival. En la segunda, el respeto saltó por los aires y los dos equipos, ambos en su estilo, fueron a por el partido. Ambos dispusieron de ocasiones para poder haberse llevado el partido, aunque las más claras volvieron a caer del lado del Daimiel CF que, una vez más, no aprovechó la contingencia para quedarse con los tres puntos.

Para empezar, sobre el tapete hubo un “cambio de roles”. El Daimiel CF comenzó con un 4-4-2, con Vicente y Naranjo en punta, y Diego y Agus en banda. El Teresiano, reculó de inicio e implantó un 4-2-3-1. Silvio, pichichi de la categoría, jugó arriba y Néstor fue titular. De largo, fue el mejor del partido. Su menuda envergadura es inversamente proporcional a su calidad futbolística, muy por encima del resto de jugadores de Regional Preferente. Lo que son las cosas, el Daimiel terminó jugando el partido como el Teresiano y el Teresiano, como empezó el Daimiel.

En la primera parte el Daimiel se limitó a esperar en su campo al Teresiano. Los malagoneros tocaron y tocaron y volvieron a tocar, pero en zonas muy alejadas del marco de Astillero, con mucha lentitud y escaso ritmo. El Daimiel defendía bien, sin problemas y sin agobios, pero demasiado lejos de la portería de José. Además su presión tampoco era efectiva y no se robaban balones en la zona de creación. Sin embargo los que movían la pelota en el Atlético Teresiano eran los centrales, José Julián y Dani, mientras que Óscar y Juanve, los teóricos cerebros, apenas si circulaban. El resultado era que una y otra vez, los rojillos trataban de buscar al omnipresente Néstor, que desde la izquierda del ataque visitante, bajaba a la medular o se iba al centro, para buscar huecos o trazar paredes, que o no salían o eran abortadas en última instancia por los defensores blancos.

Pero balón que llegaba a Néstor era un suspense por el cambio de ritmo o velocidad que imprimía a sus acciones, o por el ingenio que pudiera sacar de la chistera el menudo jugador colombiano. Ambidiestro, es una delicia ver jugar a este futbolista.

Disparos daimieleños
Pero el dominio teresiano no se traducía en ocasiones. Daba la sensación que había pánico a una pérdida de balón en la medular que pudiera significar un contragolpe mortal. Pero el Daimiel salió demasiado agazapado, como con miedo a presionar demasiado y dejar huecos para la fantasía de un equipo como el de Malagón que hace del juego de encaje de bolillos una virtud. Pero para ese juego, hay que imprimir velocidad, y eso le faltó al Atlético Teresiano. Eso, y profundidad.

No hubo noticias en las áreas hasta el minuto 35. El temido, por un lado, y ansiado, por otro, robo de balón en la medular, por parte del Daimiel, se produjo. La pelota le llegó a Naranjo procedente de Saavedra y el durísimo disparo del delantero se marchó alto por poco en la primera buena ocasión del partido. Cinco minutos después, en el 40, es otra vez Naranjo el que envía con muchísima fuerza otro envío que sale todavía mucho más cerca del marco defendido por José. Habían sido dos ¡huys! muy peligrosos.

Pero lo que son las cosas. En prácticamente la jugada siguiente, Silvio se hace con un balón suelto en el área local, de espaldas a la portería, logra darse la vuelta y con un disparo cruzado bate a Astillero, en el primer tiro a puerta de los de Malagón. El jugador teresiano ya había mostrado su peligrosidad en el juego de espaldas, cobrando alguna falta peligrosa, y en esta ocasión, no falló, logrando su gol 17 de la temporada.

Pudo caer alguno más
El tanto fue psicológico, y tal y como sucedió en Malagón en la primera vuelta, sentó verdaderamente mal al equipo de Torreca, que pasó por sus peores momentos de todo el partido. Los locales, en ese momento no sabían si ir o venir, si quedarse o salir. Entonces apareció el mejor Teresiano que desarboló totalmente al Daimiel. Daba la sensación que no había Plan B para los locales que ya no podían dedicarse a mirar cómo la tocaba el rival. Había que ir a por el empate, pero no se sabía cómo. Menos mal que sólo quedaban apenas cinco minutos para el descanso.

Antes, hubo un segundo gol del Teresiano, que fue anulado por fuera de juego. El caso es que el gol fue la culminación de una extraordinaria jugada de ataque teresiana por la parte derecha, con remate final del ex daimieleño Sute, que se metía (al menos eso parecía desde nuestra posición) pero fue remachada por Silvio, que se encontraba en fuera de juego, por eso lo anuló el colegiado, a instancias de su asistente.

Trepidante segunda parte
Si la primera parte fue monótona, la segunda fue todo lo contrario. El técnico malagonero, Manolo Delgado, puso en liza a Javi Díaz, que dio más movilidad en banda a su delantera, y Torreca, evidentemente, ordenó adelantar líneas y presionar mucho más arriba la salida de balón visitante. Aquello había cambiado de forma radical, por que el Teresiano ya no movía de forma tan cómoda el balón.

Apenas cinco minutos después de la reanudación se produjo la primera ocasión de gol, no exenta de cierta polémica. Diego, que se colocó como único punta y jugó muchísimo más y mejor que en banda, siendo una pesadilla en todo momento, roba un balón y se marcha raudo hacia meta, es trabado y cae, casi en la línea del área; la jugada sigue y el balón le cae a Vicente, solo ante el portero, pero este sale y evita el gol. Es entonces cuando Sánchez Salcedo pita la falta apenas un par de centímetros fuera del área y muy centrada. El encargado de ejecutarla es Vicente, de forma magistral, estableciendo el empate a uno.

Si alguien pensaba que el Daimiel retornaría a “sus cuarteles de invierno” se equivocó. Aquello se convirtió en una lucha sin cuartel. Unos, tratando de llegar a base de tocar el balón, los otros, presionando arriba y buscando el contragolpe. Las ocasiones se sucedieron en una y otra portería. Teo puso a prueba a Astillero que en su único error del partido, se le escapa dejando el balón presto para que Óscar estableciera el 1-2. Se le fue arriba.

Luego fue Diego el que vuelve a robar, ve a Naranjo, y José es el que salva el tanto saliendo de su portería. Apenas dos minutos después, en el 60, es José Luis el que remata un córner de cabeza, adelantándose a Astillero, y el balón se va fuera de milagro. En la siguiente jugada es Naranjo el que se planta ante José, pero su dribling sale demasiado escorado, y pese a que logra el disparo, un defensa saca bajo palos.

El Teresiano, a por todas
Los de Malagón no podían pinchar en Daimiel porque les iba el ascenso a Tercera división en ello. Manolo Delgado metió más madera con Tote acompañando a Silvio en la delantera. Una declaración de intenciones. Un minuto después del cambio, en el 62, es Javi Díaz el que remata de cabeza y Astillero hace un paradón enviando a córner. Sólo dos minutos después, en el 64, vino la mejor ocasión del Daimiel, por partida doble. Naranjo vuelve a probar fortuna desde fuera del área con un tirascazo de impresión. José toca lo justo con la yema de los dedos para que el balón se estrelle en el larguero. El rechace le viene al juvenil Diego, que a portería vacía se hincha de balón y dispara alto. Quizá la pelota le botó demasiado alto.

El partido estaba muy interesante con los dos equipos buscando el triunfo. El Atlético Teresiano llegó a lanzar nueve córneres en este segundo tiempo, por ninguno el Daimiel. Lo que da idea de la intensidad con que atacó el equipo de Malagón, pero también, de la ordenada defensa blanca que salió indemne de todos los envites. Sin embargo, pese a ese dominio, las fuerzas físicas, empezaron a escasear en el Atlético Teresiano. Ahí fue donde el Daimiel aprovechó para poner en liza a Iván y Paco y poder montar algún contragolpe mortal. Sánchez Salcedo perdonó la segunda amarilla a Dani cuando frenó en seco, de forma muy aparatosa, una arrancada de Naranjo, que pudo desnivelar la balanza porque quedaban minutos suficientes y, dado como estaba el partido, hubiese sido una ventaja considerable para el Daimiel CF.

No llegó, aunque sí hubo tiempo para un último susto favorable a los visitantes, en un disparo raso y cruzado de Juanve que se perdió cerca del palo de la meta de Astillero. Poco descontó el colegiado, apenas dos minutos, pese a las protestas visitantes, pero lo cierto es que hubo pocos cambios y se perdió poquísimo tiempo dada la intensidad con la que se jugó la segunda parte.

Desde luego el Atlético Teresiano demostró por qué es el equipo que mejor juega al fútbol en esta categoría y hay que alabar la propuesta que hace su técnico. El Daimiel, en su estilo, mostró que es un equipo duro de pelar y que sólo la falta de concreción en las clarísimas ocasiones de que dispone, le está lastrando en la clasificación general. Con este empate al Daimiel, que suma la quinta jornada sin perder, sólo le queda luchar por la cuarta plaza, mientras que el Teresiano (cuarta jornada sin ganar) se complica mucho la lucha por el ascenso a Tercera división.

FICHA TÉCNICA
1 DAIMIEL: Astillero, Agus (Paco, min. 79), Bernal, Vicente, Martínez, Diego (Iván, min. 79), José Carlos, Dachu, Saavedra, Pedrero y Naranjo.

1 ATLÉTICO TERESIANO: José, Sute, José Luis, Dani, José Julián, Óscar, Juanve, Miguel (Javi Díaz, min. 45), Néstor, Teo (Tote, min. 61) y Silvio.

ÁRBITRO: Sánchez Salcedo, asistido en las bandas por González Montes y Donoso Muñoz. A la hora de sacar tarjetas, no midió a los dos equipos por el mismo rasero, saliendo perjudicado el Daimiel. Perdonó la expulsión al central teresiano, Dani. Mostró tarjetas amarillas por el Daimiel a Dachu, Diego, Vicente y Paco. Por parte del Atlético Teresioano sólo la vio Dani.

GOLES:
0-1, minuto 41. Silvio.
1-1, minuto 50. Vicente.

INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Nuestra Señora del Carmen. Más público del habitual, con presencia de seguidores malagoneros, en tarde de “Medio día de Ayuda al Club”. Unos 300 espectadores, en tarde bastante fresca. Césped artificial en aceptable estado. El partido dio comienzo con cinco minutos de retraso porque el árbitro solicitó que se solventara algún hueco más grande de lo permisible en la red de una de las porterías.

LA FOTO DE LA AFICIÓN


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