El Daimiel CF en general, su Gestora, los aficionados, los jugadores, y su entrenador, Rimun, en particular, quieren jugar los partidos de Liga en el Nuestra Señora del Carmen. Si por el Club fuera, desde ahora hasta el final de temporada.
Hay razones a favor y en contra. Pero la balanza parece que se inclina siempre a favor del traslado. Es verdad que finalizar la Liga en el Nuestra Señora del Carmen requeriría un permiso especial de la Federación, ya que los campos asignados a principio de temporada no se pueden cambiar salvo causa de fuerza mayor. Aunque eso es muy sui generis como pasó con el partido suspendido del equipo juvenil en Guadalajara, que se acabó en un terreno de juego distinto a donde se empezó sin una razón aparente. Simplemente el Guadalajara quiso jugar en el Pedro Escartín, y punto.
El Daimiel ya ha jugado un partido en el Nuestra Señora del Carmen, ante el Marchamalo, y va a jugar el próximo domingo otro contra La Gineta. La razón, y es verdad, es que hay un hongo en el césped del Estadio Municipal que lo está "haciendo polvo". Pero el Daimiel ha sido requerido por la Federación para que el propietario de la instalación, el Ayuntamiento, certifique que esto es así, y se tiene que hacer partido tras partido.
Un Plan E para el Nuestra Señora del Carmen
Ya digo que la intención de la Gestora es acabar en El Carmen la temporada. Pero eso va a depender de varios factores. Para empezar esa instalación incumple varios preceptos federativos para Tercera División. No hay túnel de vestuarios, o al menos la zona de acceso al terreno de juego no está debidamente separada y vallada. Otro aspecto es la situación de los banquillos. Están demasiado cerca de la línea de banda, algo que también incumple la normativa. Aunque lo más importante es que el campo oficial, desde el principio de la temporada, es el Estadio Municipal.
Pero si hay voluntad política, todo eso se puede cambiar. El vallado de los accesos a vestuarios es posible, y el cambio de los banquillos a la zona de la grada, también. No habría mayor problema, incluso, si se quiere, se puede hacer un foso, como antiguamente. Además, se podría aprovechar la banda de enfrente de tribuna para cerrarla con una valla y que el público pudiera ver el partido alrededor de todo el perímetro del terreno de juego. Como siempre se ha hecho en esta instalación. De paso, habría que intentar reducir la altura del tubo de chorro de agua que quita visibilidad justo delante de la grada. No soy técnico, pero podría estudiarse la medida porque es muy molesto para público y cámaras de televisión. Se trata de crear una atmósfera mucho más futbolística que la que se crea en el Estadio. Recuperar, sin duda, la afición por ir al fútbol a un "Campo de Fútbol". Desde luego se necesitaría financiación, pero ahí está el Plan E, u otras vías para tratar de realizar esa obra.
Claras ventajas
Las ventajas de jugar en El Carmen son muchísimas. Para empezar el Daimiel, que es el primer equipo de fútbol de la localidad, debería poder elegir dónde quiere jugar sus partidos. Actualmente es el equipo más perjudicado en los entrenamientos, como el propio Rimun dice, y como lo han dicho todos los entrenadores que han ido pasando por ese banquillo. Porque cada vez que llueve, no se puede trabajar y hay que irse a El Carmen. Con el cambio de terreno de juego, los entrenamientos siempre serían en El Carmen, y las dificultades mucho menores. El equipo siempre entrenaría en la misma superficie y sin contratiempos... salvo el derivado de que el equipo que estuviera entrenando en el Estadio tuviera que acercarse a El Carmen, por la lluvia. Pero el trastocamiento no sería siempre para el primer equipo.
Ni que decir tiene que la presencia de espectadores aumentaría. El Carmen es muchísimo más accesible para todas las personas. Más cercano al casco urbano, sin ningún tipo de barrera arquitéctonica para personas con movilidad reducida, con un acceso a los servicios cómodo, mucho más acogedor, sin tanto frío ni viento como en el Estadio. Todo son ventajas para el espectador. Se demostró frente al Marchamalo.
El fútbol, en El Carmen, se vive con mucha más intensidad y cercanía que en el Estadio, donde todo es muy frío y distante. Los jugadores sienten el apoyo del público y este, siente el sufrimiento, cansancio y brega del jugador. Hasta le ven la cara. Es el fútbol en estado puro, cercano, y no la frialdad del Estadio Municipal. Las pérdidas de tiempo en el Estadio son, a veces, insufribles, y, desde luego, tenemos comprobado que los descuentos son similares en unos campos que en otros, pese a que se pierda más tiempo en Estadios con pista de atletismo.
Por último, otra de las cuestiones que frenaba el traslado a El Carmen, siempre según Eusebio Villar, anterior presidente, era la contratación de las vallas publicitarias. En verdad que ese problema no debería ser ninguna excusa. Es más, en El Carmen se ven muchísimo mejor.
Los inconvenientes
Uno ve, verdaderamente pocos. Los puristas aducen que donde se ponga el césped natural, que se quite el artificial, tanto por el nivel de juego como para evitar lesiones. Hoy en día el césped sintético se asemeja muchísimo al natural, aunque es cierto que el sintético del Nuestra Señora del Carmen, ya va estando muy utilizado. Otro aspecto negativo puede ser que, es verdad que en cuanto a visión de juego en el Estadio se ve mejor la disposición táctica de los equipos, pero esa situación se compensa con la emotividad que produce ver tan de cerca a los jugadores.
Probablemente el mayor inconveniente estribe en la negativa del propio Ayuntamiento a que el Daimiel cambie de escenario, por no querer resignarse a tener una instalación con un mínimo uso, y otra con exceso de uso. Si esto fuera así, porque nunca he escuchado a ningún responsable político negar ese cambio públicamente (otra cosa es lo que se diga en privado), tampoco tiene mayor problema. Que fueran otros equipos los que jueguen y entrenen en el Estadio. Como he comentado, el Daimiel es el primer equipo, y ¿No debería elegir el primer equipo, dónde y cuándo poder entrenar y jugar?
Hay razones a favor y en contra. Pero la balanza parece que se inclina siempre a favor del traslado. Es verdad que finalizar la Liga en el Nuestra Señora del Carmen requeriría un permiso especial de la Federación, ya que los campos asignados a principio de temporada no se pueden cambiar salvo causa de fuerza mayor. Aunque eso es muy sui generis como pasó con el partido suspendido del equipo juvenil en Guadalajara, que se acabó en un terreno de juego distinto a donde se empezó sin una razón aparente. Simplemente el Guadalajara quiso jugar en el Pedro Escartín, y punto.
El Daimiel ya ha jugado un partido en el Nuestra Señora del Carmen, ante el Marchamalo, y va a jugar el próximo domingo otro contra La Gineta. La razón, y es verdad, es que hay un hongo en el césped del Estadio Municipal que lo está "haciendo polvo". Pero el Daimiel ha sido requerido por la Federación para que el propietario de la instalación, el Ayuntamiento, certifique que esto es así, y se tiene que hacer partido tras partido.
Un Plan E para el Nuestra Señora del Carmen
Ya digo que la intención de la Gestora es acabar en El Carmen la temporada. Pero eso va a depender de varios factores. Para empezar esa instalación incumple varios preceptos federativos para Tercera División. No hay túnel de vestuarios, o al menos la zona de acceso al terreno de juego no está debidamente separada y vallada. Otro aspecto es la situación de los banquillos. Están demasiado cerca de la línea de banda, algo que también incumple la normativa. Aunque lo más importante es que el campo oficial, desde el principio de la temporada, es el Estadio Municipal.
Pero si hay voluntad política, todo eso se puede cambiar. El vallado de los accesos a vestuarios es posible, y el cambio de los banquillos a la zona de la grada, también. No habría mayor problema, incluso, si se quiere, se puede hacer un foso, como antiguamente. Además, se podría aprovechar la banda de enfrente de tribuna para cerrarla con una valla y que el público pudiera ver el partido alrededor de todo el perímetro del terreno de juego. Como siempre se ha hecho en esta instalación. De paso, habría que intentar reducir la altura del tubo de chorro de agua que quita visibilidad justo delante de la grada. No soy técnico, pero podría estudiarse la medida porque es muy molesto para público y cámaras de televisión. Se trata de crear una atmósfera mucho más futbolística que la que se crea en el Estadio. Recuperar, sin duda, la afición por ir al fútbol a un "Campo de Fútbol". Desde luego se necesitaría financiación, pero ahí está el Plan E, u otras vías para tratar de realizar esa obra.
Claras ventajas
Las ventajas de jugar en El Carmen son muchísimas. Para empezar el Daimiel, que es el primer equipo de fútbol de la localidad, debería poder elegir dónde quiere jugar sus partidos. Actualmente es el equipo más perjudicado en los entrenamientos, como el propio Rimun dice, y como lo han dicho todos los entrenadores que han ido pasando por ese banquillo. Porque cada vez que llueve, no se puede trabajar y hay que irse a El Carmen. Con el cambio de terreno de juego, los entrenamientos siempre serían en El Carmen, y las dificultades mucho menores. El equipo siempre entrenaría en la misma superficie y sin contratiempos... salvo el derivado de que el equipo que estuviera entrenando en el Estadio tuviera que acercarse a El Carmen, por la lluvia. Pero el trastocamiento no sería siempre para el primer equipo.
Ni que decir tiene que la presencia de espectadores aumentaría. El Carmen es muchísimo más accesible para todas las personas. Más cercano al casco urbano, sin ningún tipo de barrera arquitéctonica para personas con movilidad reducida, con un acceso a los servicios cómodo, mucho más acogedor, sin tanto frío ni viento como en el Estadio. Todo son ventajas para el espectador. Se demostró frente al Marchamalo.
El fútbol, en El Carmen, se vive con mucha más intensidad y cercanía que en el Estadio, donde todo es muy frío y distante. Los jugadores sienten el apoyo del público y este, siente el sufrimiento, cansancio y brega del jugador. Hasta le ven la cara. Es el fútbol en estado puro, cercano, y no la frialdad del Estadio Municipal. Las pérdidas de tiempo en el Estadio son, a veces, insufribles, y, desde luego, tenemos comprobado que los descuentos son similares en unos campos que en otros, pese a que se pierda más tiempo en Estadios con pista de atletismo.
Por último, otra de las cuestiones que frenaba el traslado a El Carmen, siempre según Eusebio Villar, anterior presidente, era la contratación de las vallas publicitarias. En verdad que ese problema no debería ser ninguna excusa. Es más, en El Carmen se ven muchísimo mejor.
Los inconvenientes
Uno ve, verdaderamente pocos. Los puristas aducen que donde se ponga el césped natural, que se quite el artificial, tanto por el nivel de juego como para evitar lesiones. Hoy en día el césped sintético se asemeja muchísimo al natural, aunque es cierto que el sintético del Nuestra Señora del Carmen, ya va estando muy utilizado. Otro aspecto negativo puede ser que, es verdad que en cuanto a visión de juego en el Estadio se ve mejor la disposición táctica de los equipos, pero esa situación se compensa con la emotividad que produce ver tan de cerca a los jugadores.
Probablemente el mayor inconveniente estribe en la negativa del propio Ayuntamiento a que el Daimiel cambie de escenario, por no querer resignarse a tener una instalación con un mínimo uso, y otra con exceso de uso. Si esto fuera así, porque nunca he escuchado a ningún responsable político negar ese cambio públicamente (otra cosa es lo que se diga en privado), tampoco tiene mayor problema. Que fueran otros equipos los que jueguen y entrenen en el Estadio. Como he comentado, el Daimiel es el primer equipo, y ¿No debería elegir el primer equipo, dónde y cuándo poder entrenar y jugar?
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Abrimos el debate y lanzo la pregunta ¿Debe el Daimiel, de una vez por todas, cambiar de terreno de juego y disputar todos sus partidos en el Nuestra Señora del Carmen? Las respuestas, en la columna de la derecha.
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