Acerca de las rotaciones en el Daimiel RCF

La semana en el Daimiel RCF ha venido marcada por la incertidumbre y dudas que se vienen generando en parte de la afición por las constantes rotaciones a las que somete el entrenador del equipo, Paco García-Moreno, todas las semanas. Las rotaciones, en sí, no son malas, como no lo es, tampoco, mantener siempre un once fijo. Ambas tácticas la hacen buena o mala los resultados, como todo en fútbol.

Un entrenador, al margen de tener físicamente lo mejor posible a sus jugadores, disponer la estrategia y la táctica a lo largo de una temporada, o de un partido concreto, de elegir las alineaciones y de ser el máximo culpable de las derrotas y el máximo culpable de las victorias (algo que se suele olvidar), también ha de ser un magnífico gestor del capital humano, mucho más en equipos modestísimos como el Daimiel, donde se trabaja mucho y se cobra poco en la mayoría de los jugadores.

Porque no es lo mismo calentar banquillo cuando te caen, por ejemplo, 600 euros al mes, que cuando sólo te caen 60. A buen entendedor... Un equipo tan joven, inexperto y en el que se cobra poco, la gestión del vestuario se torna fundamental. Y no se trata de que jueguen todos para que ninguno se enfade, sino de que el jugador vea que el técnico es honesto y utiliza al que trabaja, va a los entrenamientos y cumple con lo que se le pide desde la banda.

El Daimiel consiguió el ascenso la pasada temporada sin repetir ni una sola alineación en toda la temporada. Y en esta se va por el mismo camino. Cierto es que en Albacete se hicieron cinco cambios con respecto al partido anterior contra el Quintanar del Rey, siendo tan solo uno obligado por la sanción de Rubio. Cierto también que puede despistar a más de uno, incluido el jugador, que una semana se sea titular y la otra no se esté ni convocado. El técnico daimieleño, sin embargo, cree que esta es una forma de premiar a la totalidad de la plantilla y de preparar también los partidos en función del rival que se tiene enfrente.

¿Tiene bloque el Daimiel?
Es una de las críticas: el Daimiel no tiene bloque. Quizá lo que tiene es precisamente eso, mucha igualdad técnica entre los componentes de la plantilla, que además vienen trabajando juntos, la mayoría, desde hace ya unos años. Salvo tres o cuatro futbolistas, los demás son técnicamente muy parecidos, no hay grandes cracks ni diferencias por tanto ¿no es mejor ir dando oportunidades a todos? Además tampoco es cierto que no haya un bloque titular. Hay seis jugadores que han jugado todos los partidos.

Uno, Astillero, lo ha jugado todo.
Dos, Sergio y Wuy, han sido titulares en todos los partidos. Aquel fue sustituido en Albacete por primera vez en la temporada.
Y tres, completan este grupo, Jona, Francis y José Carlos, teniendo en cuenta que Jona, con ficha del B, había sido siempre titular hasta el partido de Albacete, que José Carlos lleva jugando todo las siete últimas jornadas y que Francis ha sido titular otras siete veces y solo una vez fue sustituido.
A estos seis hombres, que se pueden considerar fijos, se les va añadiendo el resto hasta completar el once y, verdaderamente, suelen ser los mismos los que se van "prestando" los puestos unos a otros. Por ejemplo Jesús, Jony o Adri sólo se han perdido un partido, pero han jugado menos minutos que Javivi, Negrete o Rubio.

La intranquilidad de cinco jornadas sin ganar
Otra cosa es que el aficionado, que siempre quiere ver a su equipo en lo más alto, se ponga nervioso porque el equipo no ha ganado en las últimas cinco jornadas. Esa es otra cuestión, pero que tampoco debería pillar de sorpresa a nadie. El Daimiel iba a sufrir en Tercera, porque tiene un equipo con poca experiencia en la categoría y con inmensa mayoría de jugadores locales (no de la zona, sino netamente locales) que no conocían la Tercera división. Por tanto el Daimiel está donde tiene que estar, tratando de pelear lo máximo posible para conseguir la permanencia, que eso sí que es exigible al equipo, y con la clara idea de que en el Daimiel ni se piden fichajes imposibles, ni victorias perentorias, ni presiones por los puntos.

Trabajar con tranquilidad, darse cuenta de que esto es una carrera de fondo, que el rol del Daimiel es el de equipo peleón que busca la permanencia, no otra cosa y que son otros los que tienen urgencias por estar arriba o fichar para reforzar el equipo y tratar de ganar partidos por la vía rápida para llegar a los play offs. El Daimiel, no. Y se sabe, o se debería ser consciente de ello, desde el principio. Confianza en la plantilla, en los técnicos y en el trabajo. La afición, que hasta ahora está con el equipo, debe seguir estándolo y apoyar un proyecto que es a largo plazo, que va a ser complicado, pero que si llega a buen puerto, va a ser mucho más satisfactorio.