Porque llegar hasta aquí no ha sido fácil. Con una plantilla con un 90% de jugadores locales, con un cuerpo técnico local y con un presupuesto muchísimo más corto que otras temporadas y que otros clubes de la misma categoría. Hoy puede ser el día esperado durante tanto tiempo para que Daimiel vuelva a colocarse en el mundo futbolístico que se merece, la Tercera división.
Un Nuestra Señora del Carmen de blanco
Si los seguidores del Real Madrid tiñieron de blanco Daimiel durante la pasada madrugada, los aficionados daimieleños deben teñir del blanco de los colores del equipo de su pueblo. No hay nada más grande que disfrutar de los triunfos del equipo de tu ciudad. Sea la categoría que sea. Por eso Daimiel debe ser una piña. No basta con llenar El Carmen, que se va a llenar, sino que también hay que animar desde el principio, dar a las a unos chavales que sufrieron muy mala fortuna en Toledo.
Porque el Toledo B no es mejor que el Daimiel. No puede ser que los daimieleños sufran la mala suerte que tuvieron en el Salto del Caballo. No puede ser que Astillero, uno de los mejores porteros de la categoría, si no el mejor, tenga de nuevo la pájara que sufrió en el Anexo del Salto del Caballo, o que los te marquen en el descuento de la primera parte y en el primer minuto de la segunda merced a fallos tan infantiles. O que te piten dos penaltis discutibles, mientras sse dejan sin pitar similares.
El Daimiel, si juega comosabe y demostró en la primera parte ante el Toledo B, puede levantar la eliminatoria. Toda la plantilla está disponible, porque los tocados se han esforzado al máximo para llegar a tope. El Daimiel generó en Toledo muchas ocasiones de gol, pero el Toledo fue mucho más efectivo. De ahí que en el seno del equipo blanco se crea que la remontada es posible.
La confianza es total en que se puede remontar la eliminatoria. Nadie quiere pensar en otra cosa y de esa forma poder celebrar un ascenso merecido y conseguido por méritos propios. Todo está preparado, sólo falta que ruede el balón y equipo y afición sean uno sólo para conseghuir el ascenso a Tercera división más emotivo en la historia del fútbol daimieleño.
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