Con un par... El Daimiel es de Tercera. La remontada fue posible (2-0)

Me van a permitir que esta crónica la haga con el corazón. Con el corazón blanco de mi Daimiel del alma. Llevo desde los 14 años escribiendo crónicas de equipos daimieleños, y desde que falleció mi padre, del Daimiel. Ni pensar quiero lo que habría disfrutado hoy. He conocido, con el de hoy, cinco ascensos a Tercera división y uno a Segunda B. Y puedo afirmar que ninguno de los anteriores lo he disfrutado tanto como el de hoy. El Daimiel tenía que remontar un 4-2 adverso, y vaya si lo hizo. Con todas las de la ley. El Daimiel retorna, cuatro temporadas después, a Tercera división.

Porque ni yo, sí repito, ni yo, pensaba en agosto que este equipo hecho con retales del fenecido Daimiel CF y del vigoroso Daimiel Racing Club podía aspirar al ascenso a Tercera. Un equipo con el 90% de jugadores de Daimiel, aunque los propios futbolistas dicen que el 95% porque a Jaime Núñez y Francis los consideran del pueblo. Un equipo que desde el propio entorno futbolístico de Daimiel recibió y recibe muchas zancadillas. Un equipo que en la séptima jornada de Liga estaba en descenso y se querían cargar al entrenador, Paco García-Moreno, y a uno de sus principales jugadores que encima luego ha sido nombrado entrenador del juvenil, Francis.

Un equipo que no ha tenido ni la afición, ni el presupuesto de otros equipos de la categoría, pero que ha estado ahí dando el callo. Un equipo al que le cortaron las alas 48 horas antes de jugarse el campeonato en la Preferente, en una decisión, de la que todavía nadie ha dado una explicación. Un equipo que ha sabido sobreponerse a mil adversidades y que le ha dado un soberano repaso al Toledo B ante la mirada atónita del entrenador del primer equipo toledano Imanol Idiakez.

Nadie, absolutamente nadie, daba un duro por el Daimiel, ni antes de empezar la Liga, ni en la Promoción. Nadie apostaba por el Daimiel, de hecho los "informes" que llegaban a Toledo referentes al juego y equipo en general del Daimiel decían que el Toledo B sería el ganador de la Promoción. Pues, como diría un castizo, ahí queda eso.

Grande, muy grande lo que han conseguido estos chavales. Oigan, 23 años de media. "Casi ná". Y el 90% de Daimiel. Paco García-Moreno, y su ayudante, José Carlos Díaz del Campo han entrado en la historia del fútbol daimieleño. Son los primeros técnicos daimieleños que suben al Daimiel a Tercera división.

Tres lesionados antes de empezar
Y es que alguien parecía haber escrito que el Daimiel tenía que sufrir. Tres jugadores que fueron titulares en Toledo, tres, se caían por lesión, uno de ellos, minutos antes del partido. Ni Francis, que se caía en el calentamiento previo al partido, ni Jony, ni Jaime Núñez. Sin menospreciar a Jaime, las bajas de Jony y Francis se antojaban muy importantes. En el caso de Francis porque es el veterano (30 años) de la plantilla. Y en el de Jony porque iba a ser un baluarte muy importante ante la endeblez manifiesta en el juego aéreo de los toledanos. Encima, a la media de hora de juego, se lesionó Ismael, otro de los valuartes esenciales en este Daimiel. Todo, absolutamente todo, se ponía en contra.

Pero la raza y el hambre que tiene que este equipo no tiene parangón. El Daimiel salió en tromba y encerró al Toledo B en un primer cuarto de hora pletórico. El Toledo B vino a Daimiel a no jugar, lanzar balonazos y perder tiempo con lesiones simuladas y en los saques de banda o de puerta. Nada de lo que su entrenador, Carlos Esteban decía aque iba a hacer y luego indicaba en rueda de prensa. Es posible que sobre el papel el Toledo B quisiera jugar, pero sobre el artificial, nada de nada. El Toledo B no jugó a nada.

El Daimiel fue todo pundonor. En el primer cuarto de hora dispuso de ocasiones claras de gol que no se materializaron por falta de puntería. También es verdad que algunas de esas ocasiones fueron propiciadas por la inseguridad manifiesta del portero Óscar, muy alto de estatura (no fue el que jugó en Toledo), pero poco más. Nunca dio sensación de seguridad a su equipo.

El único disparo con intención de los toledanos llegaba en el minuto 38, en una internada de Adri, que salió alto por la escuadra. Los toledanos intentaron siempre la misma acción, pelotazo largo a Rubén, y este, con la cabeza, prolongaba a la banda, siempre a la derecha donde Adri intentaba el uno contra uno con Negrete, para ver si repetía los goles de Toledo. Pero claro, ya advertimos que en Toledo se dieron fallos inexplicables en este Daimiel que en el Nuestra Señora del Carmen no se produjeron. Para empezar, los toledanos tiraban a puerta desde todos los lados, sin aparente motivo para ello, creyendo que Astillero iba a fallar lo que falló en Toledo. El portero local no sólo no falló, sino que hizo un partidazo y demostró que es de los mejores de la categoría.

Sorprendió hasta al entrenador del Toledo, que luego lo reconoció en rueda de prensa. Adri, no encontró la autopista que sí tuvo en el partido de ida y pidió el cambio en la segunda mitad, según dijo el entrenador, lesionado. Negrete, esta vez, igual que Astillero, fue el Negrete que sí conocemos. Total, que el Toledo B lo fió todo al otro fútbol. Perder tiempo, y más tiempo, simular lesiones, protestar al árbitro...

Se abre la lata
Pero en la segunda mitad el Daimiel apretó todavía más. Ante un Toledo B, digamos, "lesionado", "cansado", "abúlico" el Daimiel sacó la casta. José Carlos, abría la lata en el 54 con un remate de cabeza tras falta botada por Eduardo. Las vergüenzas en el juego aéreo del Toledo B quedaban, una vez más, al descubierto. Quedaba tiempo y sólo un gol para conseguir el cielo de la Tercera división. El Toledo B seguía igual, patadón desde atrás y a ver si la cogía Rubén. Este la tuvo en el 68 cuando se plantó ante Astillero tras ganarle en velocidad y fuerza a Fernando (llevaba una marilla desde el minuto 20). Astillero le robó la cartera de una manera inconmensurable. El portero daimieleño se sacaba todas las espinas de su mal día toledano en esa acción.

Los cambios empeoran todavía más al Toledo B y mejoran al Daimiel. Los blancos se muestran fuertes, con ganas y el público (maravilloso público que se acercó al Nuestra Señora del Carmen) les da alas. Y llegó lo que todo el mundo esperaba. Salva le mete un extraordinario balón por entre los centrales, (la defensa, junto con el portero, es la línea más débil del Toledo B) a Eduardo y este no perdona. Es el 2-0 en el minuto 73. Se cayó el Nuestra Señora del Carmen. Probablemente las cerca de mil almas gritaron a pleno pulmón el tanto del jugador herenciano del Daimiel. La remontada era un hecho.

Y al Toledo B le dio por correr
Quedaban 17 minutos, más el descuento (casi siete eternos minutos), para que el Daimiel retornara a la Tercera división. Ahora sí. El Toledo B, ahora, corría, no se le subían los gemelos a ningún jugador, los saques de banda y de puerte se sacaban rápido, los cambios se producían en un pis pas... pero de juego, nada de nada. Balones arriba donde el Daimiel se defiende a la perfección, con un José Carlos y Fernando (con tarjeta desde el minuto 20) inconmensurables, y con Astillero dando la versión real de sí mismo. Pese a la enorme juventud, el Daimiel supo gestionar su ventaja, todo lo contrario de lo que sucedió en el anexo del Salto del Caballo.¡Ay Astillero qué penalti paró en Toledo, al final, clave en la eliminatoria!

Al término del partido, alegría desbordada porque a lo largo de los 180 minutos el Daimiel demostró ser superior al Toledo B. Los verdes vinieron a no jugar a Daimiel, a perder tiempo y lanzar voleones a los delanteros. Fiaron todo a la supuesta endeblez del portero y defensas blancas por lo que vieron en el partido de ida, y se llevaron una derrota merecida, además con muy mal perder en algunos de sus jugadores. Los daimieleños retornan a Tercera división cuatro temporadas después y tras una promoción perdida ante el todopoderoso CF Talavera de la Reina. Un equipo que ha ilusionado a la afición y que debe ser la semilla de la resurreción del fútbol en uno de los equipos históricos de Castilla-La Mancha.

El ascenso del Daimiel es el fruto de creer en una idea, de hacer piña, de olvidarse del talonario, del trabajo colectivo y de la confianza. Desde el propio fútbol daimieleño se han lanzado torpedos a este club y en concreto al equipo de Preferente que ahora han explotado en las manos de aquellos que los lanzaron. Disfrutemos del momento, de una plantilla que ha hecho algo grandísimo, sin ayudas de nadie y por méritos propios, derrotando al filial del equipo de la capital regional, pero antes dando la cara ante conjuntos de mayor presupuesto, liderando el Grupo I de Preferente en muchas jornadas y todo sin que nadie diera un duro por ellos, ni en la Liga ni en la  Promoción.

Enhorabuena por el ascenso a Tercera división, por este orden, a los jugadores, a los técnicos, a la directiva y a la fición.

FICHA TÉCNICA
2 DAIMIEL: Astillero, Aarón (Carlos, min. 57), Negrete, Fernando, Javivi, Eduardo (Javi, min. 90), Jony Negrete (Cala, min. 64), Jona (Jesute, min. 72), Salva, José Carlos e Ismael (Moisés, min. 45).

0 TOLEDO B: Óscar, Alberto, Kuko (Víctor, min. 84), Cata, Charly, Rubén, Guti (Sedeño, min. 75), Héctor (Calala, min. 61), Sierra (De Diego, min. 90), Carlos y Adri (Álex, min. 67).

ÁRBITRO: Ruiz Alonso, asistido en las bandas por Rodríguez González y González Vázquez, de la delegación de Albacete. Muy riguroso con los locales, condescendiente con el Toledo, en especial con el protestón banquillo. No supo cortar en ningún momento la enorme pérdida de tiempo del Toledo B. Enseñó tarjetas amarillas por el Daimiel a Fernando, Jona, Ismael, Moisés, Eduardo, Astillero y Salva. Por el Toledo la vieron Rubén y De Diego, este cuando estaba calentando, por coger el banderín de córner y lanzarlo al suelo.

GOLES:
1-0, minuto 54. José Carlos.
2-0, minuto 73. Eduardo.

INCIDENCIAS: Cerca de mil personas en el Nuestra Señora del Carmen en tarde-noche fresca. Césped artificial en mal estado. El Daimiel asciende a Tercera división tras igualar 4-4 con el Toledo B, pero gracias al valor "doble" de los goles marcados fuera de casa.

LA FOTO DE LA AFICIÓN