—El CSD ha instado a regularizar las condiciones de los trabajadores en la base. ¿Cómo afecta esto al fútbol modesto?
—Lo que conozco es que desde la Federación Española de Fútbol se le ha pedido al ministro de Deporte (José Ignacio Wert) una reunión. Y creo que se está comenzando a hablar y existe sensibilidad por parte del ministerio. La RFEF tiene todo el derecho a pedir que se cuide la cantera y a que la escuchen. Sería bueno que se regularizara contando con aquellos a los que se quiere regularizar. Fomentar medidas que hagan cómodo y sostenible este deporte dentro de la legalidad.
—¿Considera necesaria una legislación específica que contemple una especificidad del deporte y no se rija sólo por la Ley de la Seguridad Social y el Estatuto de los Trabajadores?
—Cuando hemos asistido a seminarios por Europa, la ley vigente en España la comparan a países como Albania o Rumanía. En ese aspecto estamos muy por debajo de lo que el deporte merece. Sufrimos una falta de regulación tremenda y eso genera indefensiones.
—Los problemas comenzaron con inspecciones en Cataluña en 2010. Ahí se descubrió que algunos clubes de Tercera no tenían dados de alta a monitores, y tampoco a futbolistas que cobraban cantidades considerables. Eso es economía sumergida, además de un peligro…
—Yo puedo hablar de los futbolistas. Los que tienen un salario, y para definirlo hay jurisprudencia al respecto, deben estar dados de alta en la Seguridad Social. Y en caso de que no lo estuvieran, si van a un juzgado, como desde AFE hemos ido con ellos en innumerables ocasiones, van a ganar. Los futbolistas no son diferentes a cualquier otro trabajador. La cuestión de los monitores, de dónde está el límite, de si hay gente que está en paro y colabora, o jubilados que ayudan y tienen compensaciones o no, todo eso es lo que se debe regular. Hay cuestiones en el limbo. Porque esa pasión, esa ilusión de la gente de la base es la que ha sacado a flote el fútbol español. Y se merecen que se les dote de una seguridad siendo compensados hasta cierto punto. El fútbol quiere cumplir la ley, y sentirse seguro.
—Hay futbolistas en clubes modestos, en Tercera, que no son profesionales y reciben 100 o 200 euros. A estos también habría que hacerles contratos a tiempo parcial. ¿Lo ve bien?
—No se puede generalizar. No es lo mismo que tengan que viajar o no, que estén en el barrio o no. Pero hay un concepto claro, el de salario: si lo hay, tienen derecho a la Seguridad Social. Otra cosa son los jugadores que únicamente cobran compensación con gastos. No se puede hablar de una cantidad. Si se excede de la compensación de gastos y de la proporcionalidad que marca el Tribunal Supremo, es un salario.
—¿Sabe si hay muchas inspecciones de Trabajo a clubes?
—Sabemos de casos, y a veces se producen porque un futbolista considera sus derechos laborales lesionados. Una cuestión son los derechos del trabajador, que los tenemos claros, y otra que hay un mundo tremendamente importante del fútbol base que quiere hablar con la Administración para que se busquen fórmulas de regulación sobre cuestiones en las que hay dudas. Bien mediante una Ley del Voluntariado o lo que se crea oportuno.
—Cristian Hernández se quejaba en AS de que la AFE no le hizo caso cuando fue a juicio tras descubrir que el Ascó (Tercera) no le había dado de alta en la Seguridad Social.
—No. Él en AFE ha hablado conmigo y con ocho compañeros más. Y mezcla dos cuestiones: ha demostrado ante un juzgado que era un trabajador ante la Seguridad Social, porque cobraba un salario. Sus derechos están reconocidos. Lo que no ha podido demostrar es que se lesionó realizando su trabajo, y le deseamos toda la suerte del mundo en ello, para lograr la incapacidad laboral total que reclama.
—¿Sería mejor fijar una cantidad, ‘dinero de bolsillo’, que no fuera necesario justificar?
—Lo que hay que hacer es ofrecer una seguridad jurídica en todo el país. Y eso es tarea, muy importante, del Gobierno.
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