http://www.elmundo.es/deportes/2015/05/08/554be12aca4741aa3b8b458a.html
Al secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal, le entran los siete males si se le propone responder con un «sí» o un «no» alguna pregunta. Cualquier pregunta. Da igual. Es superior a sus fuerzas. «Ese tipo de respuestas pueden ser incompletas», suele disculparse. En lugar de eso, es mucho más partidario de ofrecer explicaciones profusas, desgranar fechas, reuniones, peticiones, recordar datos, remarcar detalles... Por eso jamás lo dijo, pero durante un encuentro con periodistas, algo más de una hora, el máximo responsable del Consejo Superior de Deportes (CSD) deslizó que, detrás de esta locura en la que se ha instalado el fútbol patrio hay ocho millones de euros.
Entre siete y ocho millones. Es la cantidad que el CSD reclama a la Federación Española de Fútbol porque ha habido subvenciones «no suficientemente justificadas». Nadie en el Consejo se atreve a atribuir, de viva voz, una relación directa entre lo que está pasando ahora y este hecho, aunque lo tienen claro: «Hay una coincidencia temporal entre el comienzo de este problema de las subvenciones y el inicio de la postura de Villar de no responder a las cartas ni a los requerimientos», explica el propio Cardenal, que de hecho enseñó media docena de misivas instando a la Federación a reunirse para hablar de varios temas, entre ellos el Decreto contra el que ahora, de repente, se revuelve Villar, cuando fue avisado el 22 de abril.
¿En qué ha empleado la Federación esas subvenciones ordinarias durante los años 2012, 2013 y 2014? Desde luego, a ojos del CSD, ese dinero, que se debía haber destinado a construcciones y equipamientos del fútbol modesto, no fue para tal fin. O al menos la Federación no lo ha podido demostrar. De hecho, en el informe de auditoría de las cuentas de 2013, firmado por la empresa BDO Auditores el 14 de enero del año pasado, se explica lo siguiente en el punto 4. «La Federación presenta ayudas y otros ingresos de organismos internacionales en el importe [...] de 5.838.000 euros. No se ha dispuesto de un presupuesto de las inversiones y gastos a los que van destinados los mencionados ingresos que nos permita obtener evidencia de su correcta imputación temporal». Vamos, que los auditores enviados por el CSD no vieron ningún papel que acreditase la construcción o reforma de ningún campo de fútbol. En este campo, la Federación se defiende diciendo que otra Auditoría -«independiente», dicen ellos, que fueron quienes la encargaron-, esta de la firma Gescontrol, da por buenos los números.
Es a través de la vía ordinaria, mediante la tramitación de los expedientes, como el CSD está tratando de recuperar ese dinero, algo que, dicen los críticos de Villar, le ha sentado como un tiro al presidente de la Federación. «Es que no ha contestado a ninguna de las cartas que le hemos enviado», cuenta Cardenal, que insiste: «Quien no responde a las cartas, quien no acude a las reuniones, no puede hablar de falta de respeto». Y todo porque Villar, en la nota donde anunciaba la suspensión indefinida del fútbol español, hablaba de «ninguneo» y «desprecio» por parte del Gobierno.
Y así, uno a uno, fue desgranando los puntos con los que Villar justificaba su iniciativa. Aquí van unos cuantos, los más trascendentes.
Villar dice: «El Decreto supone la expropiación ex lege de ciertos derechos básicos, entre otros, la titularidad del audiovisual».
Cardenal responde: «No se ha cambiado nada. Hasta ahora, los derechos los han estado vendiendo los clubes, y así sigue siendo».
Villar dice: «La Ley de Emprendedores hace imposible la presencia de los colaboradores más imprescindibles en el fútbol más humilde».
Cardenal responde: «No hay ninguna Ley nueva, es la misma desde hace cuatro décadas y no ha habido investigaciones salvo por denuncias de trabajadores».
Villar dice: «Las inspecciones de Hacienda y de la Seguridad Social a los clubes de futbol aficionado».
Cardenal responde: «Que me digan un solo caso».
Y así hasta nunca acabar.
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