No pudo el Daimiel romper la mala racha que le persigue ante el Manzanares. Ni una sola vez le ha ganado el Daimiel al Manzanares en Tercera división. Este sábado, tampoco pudo ser. Cierto que los blancos se dejaron en el terreno del Nuestra Señora del Carmen hasta el último gramo de sudor, pero eso no fue suficiente. Con "media" ocasión creada en todo el partido, es imposible ganar un partido, menos ante un rival como el Manzanares que concede muy pocas opciones a sus rivales.
Lo que es muy lamentable es la escasa presencia de aficionados. Alrededor de 250 espectadores, no hubo más, en día de jornada económica. Pongan la escusa que quieran, porque las hay a montones, cualquiera vale para no ir al fútbol, pero desde luego, con este escasísimo apoyo de la afición, es un auténtico milagro que haya todavía directivos que quieran tirar de la nave daimieleña. Una pena que un partido de las características del de ayer no contara con una mayor presencia de aficionados daimieleños. Realmente es para plantearse la presencia del equipo en Tercera división, si es bueno tener a cuatro equipos en liza (que hay que mantener) y desde luego, los que abogan por la cantera y se les llena la boca de ello, bien deberían demostrarlo, jueguen o no sus familiares y amigos, tengan o no "carné" de lo que sea para pasar gratis al campo.
Mi reconocimiento a la directiva del Daimiel, a todos, por el esfuerzo ímprobo que hacen para que unos cuantos disfrutemos de una categoría que, lo digo alto y claro, la afición de Daimiel no merece porque no lo demuestra.
Y si esa afición que no acude no está de acuerdo en cómo se está llevando la gestión del Club, se va a la Asamblea del Club con un proyecto de Club y se forma un nueva Junta Directiva, que seguro que los que están no iban a poner ningún problema en dejarlo. Porque eso sí, en el mundo del fútbol hay dos clases de personas, los que ponen y los que recogen. Y en Daimiel, lo que se dice poner, aunque sea una entrada en día de ayuda al club, se ha comprobado que hay muy pocos. Para recoger, es otro cantar. Así que, como para que piensen en tomar las riendas del club. Criticar, mucho; aportar, nada.
El partido
Dicho lo anterior que era necesario, vayamos con el partido. El Manzanares jugó a no cometer errores. Ninguna concesión atrás, ni complicaciones. Nada de "jogo bonito". Ni una vez sacó el balón jugado desde atrás, y siempre se encontró mucho más cómodo en jugadas a la contra o en segundas jugadas que en el ataque estático. Los constantes balones en largo, una y otra vez, a la espalda, eran confundidos con pelotazos sin miramientos ante la mínima presencia del esférico en zona visitante. El triunfo manzanareño, por ocasiones, es merecido, porque frente a la "media" ocasión que tuvo el Daimiel, el Manzanares contó con cuatro, todas de la misma forma, mano a mano con Astillero de las cuales una acabó en gol, aunque fuera muy protestado por fuera de juego.
El Daimiel trató de rasear el balón mucho más que su rival. El Manzanares, un equipo muy trabajado y solidario, presionaba en todas las zonas del terreno de juego, siempre con la máxima del robo y balón arriba. Pero los blancos dentro de ese querer jugarla, se diluían en las zonas de peligro, donde las defensa franjiblanca se mostraba superior a la delantera daimieleña. Al Manzanares no le fue mucho mejor en su planteamiento, al menos no hasta la segunda mitad.
Primeras ocasiones
La primera ocasión llegaba en las botas del Manzanares. Moraga centraba desde la izquierda y Fernando estuvo rápido para enviar córner cuando Raúl Castillo estaba preparado para engatillar. La respuesta local llegó pronto, en un saque de banda de Wuy, que se le quedó perfecta para Sergio para embutir a Rodri, pero el delantero daimieleño pisó el balón, se trastabilló y perdió la única "media" ocasión real de los blancos en todo el partido.
A partir de ese intercambio de golpes, y tras quitarse un tanto de encima el inicial dominio visitante, el juego se igualó y el dominio pasó a ser alterno. El Daimiel, con juego en el centro del campo, con Jesús muy activo e intentado conectar con Wuy, en la media punta, mientras que Adri y Cala pretendían percutir por banda. En el Manzanares su planteamiento no cambió en todo el partido, con 4-4-2, con una defensa (y media solidaria) muy contundentes atrás, sin hacer ascos en ningún momento el pelotazo, para que arriba la movilidad de Raúl Castillo y Martín hiciera el resto.
Gran ocasión de Raúl Castillo
La primera gran ocasión del Manzanares llegaba en el minuto 28. Javivi pierde un balón en su propia área al querer driblar a Raúl Castillo. Se la deja en bandeja al delantero, pichichi de su equipo con 14 tantos tras el de ayer, se queda ante Astillero y cuando todos pensaban que caería el 0-1 de forma irremisible, entre el meta y Jony sacaban ese balón ante el alivio del poco respetable local que se dio cita en el Nuestra Señora del Carmen.
Poco más dio de sí esta primera parte plena de intensidad, de sacrificio colectivo, de garra, de presión, pero de muy pocas ocasiones. A destacar, eso sí, el esfuerzo colectivo local, la buena defensa en los balones parados del Manzanares, un arma potente en este equipo, el taponamiento de las bandas del Manzanares, muy peligrosas, con Moraga y sobre todo Sevilla, y las pocas concesiones que se hicieron con los constantes balones en largo a la espalda de la defensa (a veces, pelotazos, sin más), que se ha convertido en un clásico en todos los equipos que se enfrentan al Daimiel.
Problemas, más todavía, en la defensa del Daimiel
La segunda parte comenzó con cambio en el eje defensivo del Daimiel. Jony estuvo renqueante todo el primer tiempo y al final fue retirado en el descanso por Paco García-Moreno. Aarón se colocó de central mientras que Valdini pasaba a ocupar el lateral derecho. Puede ir para largo la lesión de Jony, lo que viene a sumar una nueva baja en la zona defensiva, donde se están cebando todos los problemas del Daimiel.
El Manzanares imprimió más ritmo en el inicio de la segunda mitad, con todavía más presión en la salida de balón, pero sin cambiar un ápice el esquema de balones largos y buscar la segunda jugada con sus dos puntas. Rodri dio un recital de saques desde su portería en largo, a modo de concurso de "a ver quién la envía más lejos" con la intención de buscar siempre lo mismo, la espalda de la defensa del Daimiel.
Gol polémico en el minuto 62
Cierto es que el Daimiel pasó por unos momentos de dudas en el centro del campo ante esa mayor intensidad que imprimió el Manzanares, pero salió indemne por el buen hacer, sobre todo de Ricardo, que realizó un gran partido. El gol llegaba con cierta polémica, porque la jugada arranca en una clarísima falta de Raúl Castillo sobre Ricardo delante mismo del asistente. Pese a las protestas el juego continuó, y un balón en profundidad de Pirri sobre Raúl Castillo, que si no estaba en fuera de juego, estaba muy en el límite, acabó en el fondo de la portería. Ricardo, y Aarón se fueron raudos como alma en pena a "comerse" al asistente de la banda de tribuna con unas protestas desesperadas, mientras que el línea hacía gestos ostensibles de que no estaba en fuera de juego.
En sala de prensa Paco García-Moreno decía "estoy un poco cansado de que los árbitros nos vuelvan a perjudicar en acciones puntuales que nos cuestan goles", mientras que Guillermo Álcázar decía "es posible que Raúl Castillo estuviera en fuera de juego. Estaba muy en línea. Es una jugada muy dudosa". Sea como fuere el gol espoleó al Daimiel en intentar llegar como fuere a los dominios de Rodri, lo que reafirmó al Manzanares en su planteamiento de partido. Nada de toque y balones largos.
Otra lesión en defensa, Fernando
Pero como las desgracias no vienen solas, el lateral izquierdo, Fernando, se lesionaba, con lo que de nuevo el Daimiel tenía que reestructurar la línea defensiva y el equipo queda muy tocado para venideros partidos (además Wuy vio la quinta amarilla y no podrá jugar en Quintanar del Rey, con lo que el panorama es desolador). Aarón volvió al lateral, ahora el izquierdo, Javivi retrasó su posición a la de central y Francis ocupó la parcela ancha junto a Jesús. Una defensa de auténticas circunstancias.
Con un Daimiel volcado en busca del empate, pero sin presencia real en el área de Rodri, se produjeron dos contragolpes, el arma más efectiva de los franjiblancos ayer, que dejaron a Kevin y a Sevilla delante de Astillero, pero ninguno de los dos supo sentenciar la contienda, elevando el esférico por encima del meta y de la portería.
La de Sevilla fue en el minuto 73, y a partir de ahí el Daimiel sacó todo lo que tiene dentro para tratar de poner cerco a los dominiso de Rodri. Apenas salió ya el Manzanares de la cueva, y los blancos, por mediación de Cala, Wuy o incluso Párraga, realizaron una serie de internadas por banda y buenas combinaciones que quedaron en nada por falta de remate y por la solidez defensiva visitante, que, como hemos dicho hasta la saciedad, no busca la elegancia sino simplemente la contundencia y la expeditividad, al menos en lo que se vio en Daimiel. La afición tenía la esperanza de que en alguno de esos arreones finales llegara el gol del empate de alguna manera, pero el Manzanares con esa sobriedad atrás que le caracteriza, no lo consintió.
Situación comprometida
Con la derrota, es evidente que el Daimiel queda en situación delicada (aunque mejor que otros rivales), más por los arrastres de los equipos de Segunda B, que por los descensos directos a Preferente, pero el Daimiel sigue teniendo opciones de quedar en mitad de la tabla, sobre todo, porque ante el Manzanares, un equipo sólido, muy bien trabajado y con una experiencia a prueba de bomba, compitió bien y le trató de tú a tú durante gran parte del partido. Faltó remate, eso está claro, pero no todos los rivales van a ser tan compactos como el Manzanares. El camino es este y el poso que dejaron los últimos 15 minutos de partido debe servir para confiar en que esta plantilla va a conseguir los puntos necesarios para no pasar apuros.
El Daimiel está en todas las quinielas para ser uno de los equipos que se vaya al descenso por posibles arrastres. Es una constante que se refleja en tertulias, comentarios y foros diversos. Nadie da un duro por este Daimiel, y muy pocos, poquísimos, valoran en su justa medida lo que está consiguiendo esta plantilla (compárenla con la del Manzanares, sin ir más lejos). Serán los jugadores, con su sacrificio y esfuerzo los que deban tapar las bocas a los que todavía no son capaces de reconocer el enorme mérito de este Daimiel, un equipo netamente local, con un presupuesto limitadísimo, que está situado en mitad de la tabla y que en toda la temporada no ha pisado ni una sola vez los puestos de descenso.
FICHA TÉCNICA
0 DAIMIEL: Astillero, Aarón, Adri (Párraga, min. 67), Jony (Valdini, min. 45), Ricardo, Javivi, Cala, Jesús, Sergio, Wuy y Fernando (Francis, min. 64).
1 MANZANARES: Rodri, Edu Olivares, Carlos Olivares, Pirri, Juanpe, Saavedra, Sevilla, José Carlos, Raúl Castillo (Carlos Arroyo, min. 78), Martín (David, min. 85) y Moraga (Kevin, min. 58).
ÁRBITRO: Moreno Hidalgo, asistido en las bandas por Gallego del Pliego y Gutiérrez Díaz. No vio la falta previa de Raúl Castillo a Ricardo en el gol, que fue muy protestado por fuera de juego. Enseñó tarjeta amarilla por el Daimiel a Cala y Wuy. Por parte del Manzanares la vieron Raúl Castillo, Edu Olivares y Kevin.
GOL:
0-1, minuto 62. Raúl Castillo.
INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Nuestra Señora del Carmen. Unos 250 espectadores en jornada de Ayuda al Club. Ligero viento muy frío y césped artificial en muy malas condiciones.
LA FOTO DE LA AFICIÓN
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