Argentino de nacimiento, español de corazón, defendió la Camiseta de la Selección Nacional en 31 ocasiones (por 6 la de Argentina).
Se muere en mitad de un Mundial, ese que jamás llegó a jugar. Argentina renunció a participar en 1950 y 1954. España no se clasificó para 1958 y en 1962 fue a Chile lesionado y no jugó un sólo minuto.
En la Eurocopa, era componente del equipo que prometía ganar la primera
edición, la de 1960, pero el régimen franquista no consintió jugar los
cuartos de final ante la Unión Soviética. En el equipo que quedó campeón
en 1964 ya no estaba, menos en el que fue al Mundial de Inglaterra en
1966.
La gloria universal le llegó de la mano de don Santiago Bernabéu. Ellos dos pusieron los cimientos para hacer del Real Madrid el gigante deportivo que es hoy. Di Stéfano cambió el concepto del centrocampista para pasar a ser, cómo él decía, todocampista. Sin ser delantero centro, fue un goleador estratosférico.
Cinco Copas de Europa y dos Balones de Oro avalan su categoría.
Como entrenador tuvo poca fortuna. No era su hábitat natural. Y tuvo a sus órdenes al que, hasta hoy, ha sido el producto futbolístico daimieleño más y mejor considerado, Saturnino Ruiz de la Hermosa, en el CD Castellón de los años 70 en Segunda División A.
Alfredo di Stéfano ha venido un par de veces a Daimiel. La foto que ilustra estás breves palabras de homenaje es la de la crónica que realicé para el diario Lanza de un partido de Veteranos entre el Daimiel y el Real Madrid disputado en el Estadio Municipal de Daimiel el 31 de octubre de 1998. Fue su primera visita a Daimiel.
Descanse en Paz, Don Alfredo di Stéfano.
La gloria universal le llegó de la mano de don Santiago Bernabéu. Ellos dos pusieron los cimientos para hacer del Real Madrid el gigante deportivo que es hoy. Di Stéfano cambió el concepto del centrocampista para pasar a ser, cómo él decía, todocampista. Sin ser delantero centro, fue un goleador estratosférico.
Cinco Copas de Europa y dos Balones de Oro avalan su categoría.
Como entrenador tuvo poca fortuna. No era su hábitat natural. Y tuvo a sus órdenes al que, hasta hoy, ha sido el producto futbolístico daimieleño más y mejor considerado, Saturnino Ruiz de la Hermosa, en el CD Castellón de los años 70 en Segunda División A.
Alfredo di Stéfano ha venido un par de veces a Daimiel. La foto que ilustra estás breves palabras de homenaje es la de la crónica que realicé para el diario Lanza de un partido de Veteranos entre el Daimiel y el Real Madrid disputado en el Estadio Municipal de Daimiel el 31 de octubre de 1998. Fue su primera visita a Daimiel.
Descanse en Paz, Don Alfredo di Stéfano.
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