El Club Deportivo Puertollano sobrepasó los límites más insospechados y está a punto de firmar un récord negativo en su larga historia de vida. El equipo de Manolo Zúñiga viajó a Badajoz para intentar encontrarse con la victoria y se encontró con un baño del rival y con un saco de goles que, en caso de haber sido ocho o nueve, no hubiera sorprendido a más de uno. Porque desde la ciudad pacense sólo se habla del Puertollano como el peor equipo que ha pasado por allí en muchos años, algo que ha dolido y ha avergonzado a propios y a extraños. Fueron cuatro los goles encajados, sin contar los uno contra uno con Limones, un gol mal anulado y un par de palos que pudieron engordar el marcador.
Tres meses sin ganarCon este resultado, el Puertollano ya ha sobrepasado los tres meses sin ganar en los terrenos de juego y va camino de alcanzar los cuatro, aunque no va a ser posible esa cifra, ya que tan sólo restan tres jornadas por disputarse y la afición espera un guiño por parte de los jugadores y que brinden una victoria a una hinchada que está harta de tanto desengaño, de tanta desidia y de tanta desilusión.
Puestos a razonar el resultado de Badajoz, hay cosas que preocupan mucho más. Cualquier equipo puede perder y cualquier equipo puede salir goleado de cualquier sitio. Ahora bien, hay una serie de factores que son más que preocupantes.
Por un lado, se ve a un conjunto que parece haber tocado fondo y más de uno empieza a cuestionarse o a dudar acerca de la capacidad del equipo para levantar las situaciones difíciles o a dudar de la disposición táctica del conjunto, esa misma que ha dado muchas tardes de victorias. Además, es palpable la imposibilidad de reacción en un vestuario en el que la desidia y el deseo por que termine esta temporada de una vez se ha apoderado de la moral de los jugadores.
EmpatíaEs entendible, en cualquier caso, las versiones de una y otra parte. La plantilla afirma que la marcha de Piera y Sergio Molina han sido uno de los factores clave en la actual situación deportiva, sin dejar de lado la losa económica que está arrastrando el CD Puertollano y que están sufriendo, entre otros, los jugadores. Ahora bien, la Junta Gestora se pregunta cuándo va a ganar el equipo un partido y con qué ilusión programa el próximo curso.
Se busca, por tanto, un revulsivo para activar la ilusión en una afición que día a día pierde la esperanza y llega a desear la desaparición para empezar de cero y olvidarse de tantos problemas.
Mientras tanto, el concurso de acreedores podría tener la llave para lavar la cara de esta situación y poder pensar más tranquilamente en la próxima campaña. Lo que parece claro es que el hecho de que termine esta campaña sería lo mejor para todas las partes implicadas.
lanzadigital.com
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