Un cúmulo de circunstancias y Diego Buitrago dieron al traste con las opciones del Daimiel en Villarrubia

Partido para la Historia. Derbi por todo lo alto en Villarrubia de los Ojos entre el Villarrubia y el Daimiel. Jamás se habían enfrentado en Tercera división, de hecho los enfrentamientos en competición oficial en los últimos 40 años entre los primeros equipos de Villarrubia y Daimiel se cuentan con los dedos de una mano. Pero la rivalidad entre Villarrubia y Daimiel, localidades vecinas separadas apenas 20 kilómetros pero a las que les une, entre otras cosas, el Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, es enorme en diversas facetas de la vida. Entre ellas, evidentemente, la deportiva.

Era día grande. Se notaba en los previos, en los numerosos coches que realizaron la travesía en una carretera habitualmente desierta, en los comentarios de barra de bar. Era un derbi muy interesante. Había mil alicientes para ir al partido, desde la necesidad de ambos por romper rachas, con un Villarrubia hecho para estar arriba y que llevaba cuatro partidos sin ganar en casa, o la del Daimiel con ocho partidos sin ganar, ahora ya nueve. Y luego, el trasvase de jugadores. En el Villarrubia había seis jugadores que han vestido en alguna ocasión la blanca del Daimiel, Santi Vera, Ruiz Caba, Camacho, Diego Buitrago, Moraga y Jaime, los tres últimos, naturales de Daimiel. Hasta el meta suplente del Villarrubia, Bolero, ha jugado en el Daimiel Juvenil, en Liga Nacional, hace un par de temporadas. Y al revés igual, otros seis jugadores han vestido la blanquiazul, José Carlos, Javivi, Rubio, Dachu, Wuy y Sergio, los cuatro últimos, la temporada pasada. En fin, alicientes a go-gó.

Se tuerce el día desde el principio
Era la 13 jornada y para los que somos supersticiosos, desde luego que vino al pelo para "justificar" todas las circunstancias que se dieron en el campo y que perjudicaron al Daimiel. Para empezar, antes de partir para Villarrubia, ya se tuerce todo el entramado. Jony y Bombi, portero del Daimiel B, no aparecen a su hora. El primero, digamos que se despista, y el segundo no quiere ir a jugar (llueve sobre mojado). Se les avisa y la expedición tiene que esperar a que ambos hagan acto de presencia. No obstante el entrenador, Paco García-Moreno, llama de urgencia a Aarón.

El técnico, ya en el Nuevo Campo, decide dejar fuera de la convocatoria por cuestión disciplinaria a Jony, el "anti Diego" destinado a parar el tanque villarrubiero por la enorme altura que tiene el norteamericano. El planteamiento entrenado toda la semana cambia y Dachu ocupará el centro de la defensa junto a José Carlos, mientras que Rubio y Carlos serán los laterales. Esto significaba que Paco introducía tres cambios en defensa (hizo cuatro en total en el once inicial con la inclusión de Jona) con respecto al partido ante el Toledo B, una defensa que en ese partido estuvo prácticamente perfecta (el Toledo B sólo tiró una vez a puerta, de falta directa).

Pero lo peor, con tres cambios tan de golpe, era que Dachu reaparecía después de siete jornadas en el dique seco; que Carlos era titular después de cuatro partidos sin haber jugado nada y que Rubio también reaparecía tras unas dolencias que le apartaron dos jornadas de los terrenos de juego. En definitiva, una defensa poco engrasada y que fue producto del "despiste" de Jony, la lesión de Negrete y la opción táctica de adelantar a Fernando al centro del campo junto a Javivi.

El resultado fue que a los tres minutos, en la primera acción de peligro del Villarrubia, se produce el primer desajuste, Luque puede con Carlos y aquel lo traba al entrar en el área. Penalti y tarjeta amarilla para Carlos. La pena máxima la transforma Diego Buitrago aunque Astillero se tiró bien adivinando la trayectoria. Gol que, por cierto, no celebró. Este tanto tan tempranero mediatizó ya el resto del partido.

Si algo no quería Paco García-Moreno era verse por debajo en el marcador, mucho menos tan pronto. El equipo local, se asentó sobre el terreno de juego, Alexis se incrustó prácticamente entre los dos centrales Cabrera y Camacho y el equipo blanquiazul controló perfectamente el paso de los minutos sin que el Daimiel ofreciera algo que llevarse al zurrón del cuaderno de anotaciones. Sólo un remate de Wuy y un pase al hueco a Sergio que no pudo controlar. Poca cosa.

Lesión de Dachu
El Villarrubia, sin tampoco grandes alardes, tuvo dos aproximaciones peligrosas. En la primera costó una lesión a Dachu, mala suerte para el central, que recibió un codazo totalmente involuntario de Diego Buitrago en un contragolpe local que remataba el delantero centro fuera, con la cabeza, en buena posición. A la caída del salto, el codo de Diego impactaba en el cráneo de Dachu produciéndole una profunda brecha. No podía continuar el defensa del Daimiel y fue trasladado al Centro de Salud donde la practicaron cinco puntos de sutura. Dachu fue sustituido por Aarón, que, hasta ayer, sólo había jugado 14 minutos en la Liga, y no lo hizo la pasada jornada ante el Toledo B. Seguían las desgracias.

En esa jugada Diego Buitrago ya llevaba amarilla por una acción anterior. Hay quien protesta que debió ser expulsado por el codazo, pero realmente no parece haber intencionalidad en una acción que es un lance más del juego con la mala fortuna de que Dachu, al que Diego le gana la posición y en altura, recibe la peor parte. No hubo intencionalidad, que es lo que se castiga en estos casos.

Esa acción, y un centro de Moraga desde la izquierda, un Moraga que, por cierto jugó de interior izquierda en una variante táctica impuesta por su entrenador Félix Pérez, no fue rematada por Luque en lo que podía haber supuesto el 2-0.

Los mejores minutos del Daimiel
Tras el descanso, llegaron los mejores minutos del Daimiel. Con más desparpajo y notándose la presencia de Francis en el centro del campo, sobre todo por buenas conexiones con Wuy, el Daimiel empezó a merodear el área del Villarrubia. El control pasó al Daimiel y el Villarrubia se vio dominado. Un par de internadas de Jona ponían sobreaviso al Villarrubia. Pero fue Ruiz Caba el que salvó del empate a su equipo cuando detuvo como pudo un remate de Sergio a pase de Fernando desde la izquierda.

Pero todo se diluyó con el segundo gol local. Un tanto pleno de infortunio, mala colocación y dudas, muchas dudas. ¡Ay esas desgracias! La cuestión es que un balón largo a la posición de Diego Buitrago hace dudar a Rubio, que le viene de cara, y a José Carlos, algo más alejado. Diego encima a Rubio y el despeje de este sale defectuoso y hacia la propia portería de Astillero. Este, demasiado alejado de la defensa, cuando esta está jugando adelantada, duda en salir a por un balón que parece suyo, y cuando lo hace, sale mal, dando tiempo a que Diego mande una vaselina con la cabeza que salva a Astillero, mientras que este arrolla al delantero que, si no llega a marcar, probablemente el colegiado hubiera pitado penalti y quién sabe si algo más.

La expulsión de Diego Buitrago
A partir de ahí el partido, que no estaba siendo bueno, fue a peor todavía. El Daimiel se mostró impotente y sin capacidad de reacción, y el Villarrubia tampoco encontraba un juego fluido a pesar de los intentos de Luis Alberto por imprimir velocidad y juego combinativo. Con todo, el Daimiel tuvo la oportunidad de acortar distancias en una pelota en la que Jesús se quedó sólo ante Ruiz Caba, pero este estuvo raudo para tapar el hueco y desbaratar la ocasión. El Villarrubia sacó a relucir, veteranía, templanza, saber estar y, muy a cuenta gotas, alguna jugada hilvanada.

Diego Buitrago tenía que ser protagonista para lo bueno y lo malo. Después de marcar dos goles (ya lleva ocho en la Liga) fue expulsado de forma tremendamente rigurosa por ir a tapar la salida de balón de José Carlos, que en eso sí que estuvo muy bien el Villarrubia a la hora de tener al Daimiel a raya después del 2-0. Sánchez Salcedo le mostró la segunda amarilla en una acción en la que parecía no haber hecho ni falta. Ahí aprovechó Paco García-Moreno para quitar del terreno de juego a Jona para hacer entrar a Ramón, en un cambio poco entendible cuando el equipo iba a jugar quince minutos al menos con un hombre más.

El final sirvió para que Astillero evitara el 3-0 en un buen disparo de Rivero y para que el Villarrubia se reconciliara con su afición después de cuatro partidos sin ganar en casa. El Daimiel, aunque ni mucho menos este de Villarrubia era un partido de su Liga, volvió a dejar una imagen no demasiado positiva, tanto en la primera parte, como en gran parte de la segunda. Poca capacidad de reacción, Sergio muy desasistido, distancia entre líneas, innumerables errores en la entrega y candidez defensiva que están costando goles en una categoría donde no se perdona.

Y ya va siendo hora de que algunos se den cuenta de la categoría en la que están jugando, de la oportunidad que les está dando el Daimiel RCF y de que la directiva y cuerpo técnico deje claro que el que no lo entienda, salvando las diferencias técnicas que debe haber en todos los equipos, debería retornar a una categoría menos exigente.

FICHA TÉCNICA
2 VILLARRUBIA: Ruiz Caba, Agus, Diego, Cabrera, Camacho, Alexis, Luque (Rivero, min. 71), Jaime (Parra, min. 82), Diego Buitrago, Beamud (luis Alberto, min. 45) y Moraga.

0 DAIMIEL: Astillero, Rubio, Carlos (Francis, min. 45), José Carlos, Dachu (Aarón, min. 27), Javivi, Jona (Ramón, min. 75), Jesús, Sergio, Wuy y Fernando.

ÁRBITRO: Sánchez Salcedo, asistido en las bandas por Merino Manzano y Linaje Díaz. Regular. Enseñó tarjetas amarillas por el Villarrubia a Luque y Camacho. Expulsó por doble amarilla a Diego Buitrago en el minuto 75 y al entrenador, Félix Pérez en ese instante por protestar. Por el Daimiel vieron amarillas Carlos, Fernando, Aarón, Javivi, Wuy y el entrenador, Paco García-Moreno.

GOLES:
1-0, minuto 4. Diego Buitrago, de penalti.
2-0, minuto 55. Diego Buitrago.

INCIDENCIAS: Nuevo Campo de Villarrubia de los Ojos. Tarde de bastante fría. Césped artificial en perfecto estado. Mucho público, unas 500 personas, bastantes de ellas de Daimiel. No hubo ni un sólo incidente.