En la Asamblea del Daimiel CF en la que los actuales dirigentes tomaban el mando del Club, el pasado 1 de agosto, se daba a conocer que el anterior entrenador del Daimiel CF Juvenil, Joaquín Calahorra había denunciado ante la federación el impago de parte de su contrato, denuncia que no llegaba a los mil euros. Una decisión que a buen seguro tomó Calahorra muy a su pesar pero obligado por determinadas circunstancias.
No soy yo quien debe valorar si Joaquín Calahorra actuó bien o mal, puesto que cada uno defiende sus intereses como mejor cree que lo hace. Calahorra está en su legítimo derecho de exigir lo que considera suyo porque lo ha trabajado. Y digo bien que lo ha trabajado porque cuando a Calahorra se le ha pedido que acompañe al primer equipo cuando no había entrenador, en esta temporada y otras, allí ha estado Calahorra. Obligado o no, pero sí como hombre del Club. Personalmente entiendo la postura de Calahorra de exigir lo que considera suyo y no entiendo los que critican acciones que, a buen seguro si las sufrieran ellos en primera persona, también lo harían. Más cuando en el Daimiel ha habido semanas sin un interlocutor válido a quien dirigirse.
Lo cierto es que el Daimiel CF y Calahorra no pueden terminar de mala manera por un quitame allá esas pajas. La denuncia de Calahorra, según se dijo en la Asamblea, podría impedir la presentación del as fichas del Daimiel CF. Por tanto el acuerdo debe ser efectivo entre ambas partes, pero no por la mera cuestión administrativa de las fichas, sino porque Calahorra, a nuestro juicio, después del trabajo realizado en el Club y de los resultados obtenidos con el equipo juvenil, al que estuvo a punto de ascender a División de Honor y al que dejó fuera del descenso la pasada campaña y solo por el arrastre de dos equipos apunto ha estado de jugar en Liga Provincial, no se merece salir por la puerta falsa.
Igual que comenté en este blog que Rimun no debía salir por la puerta de atrás después del enorme esfuerzo realizado en el Daimiel en condiciones muy adversas, digo lo mismo para Joaquín Calahorra. No se ha contado con él para esta temporada después de muchas en las que ha demostrado su buen hacer, y con esto no digo que Santi no deba entrenar al Nacional.
Las rencillas personales, si las hubiere, deben quedar al margen de lo que es el Club y es una pena que, por las causas que fueren, una persona tan válida como Joaquín Calahorra haya quedado fuera del organigrama del Daimiel CF por, probablemente, desavenencias que poco o nada tienen que ver con lo deportivo.
Repito que no me parecen justas ni la salida de Rimun ni la de Calahorra, aunque las pueda llegar a entender. Pero las formas son las formas y más cuando se trata de gente, se quiera o no, que pertenece y ha luchado por la casa.
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