El entrenador del Daimiel, Alberto García-Consuegra, Kapa, planteó una alineación que pretendía avisar a navegantes. Cuatro cambios de golpe con respecto al equipo titular que sucumbió en Tobarra. Pretendía dar un golpe de mano, indicar a la plantilla que no se durmiera porque nadie tiene el puesto garantizado. Pues el efecto de la catarsis fue diametralmente opuesto. El Daimiel acabó firmando uno de los más bochornosos partidos de las últimas temporadas ante un rival que demostró por qué ocupaba la última posición. El problema es que jugando así, el Daimiel es claro candidato al descenso, porque no es un caso aislado ya. Desde la ultima media hora de partido ante el Caudetano, el Daimiel ha venido ofreciendo mala imagen y muchas dudas en su juego. Frente al At. Pedro Muñoz (que vino como colista) sonó la flauta. Frente al Al-Basit, ni siquiera se llegó a soplar.
Se puede perder, porque el fútbol es un deporte, pero al menos cuando alguien se pone una camiseta, lo mínimo, se cobre poco, mucho o nada, es demostrar cierta vergüenza torera, como se decía antes, y darlo todo por el equipo que se defiende, se tenga más o menos calidad en las botas. Pero salir a deambular por el terreno de juego, a perder casi todos los balones divididos, a no ofrecer una mínima sensación de peligro, jugando en casa, para eso, mejor dedicarse a otra cosa.
Derrota sonrojante
Pues esas derrotas, dolorosas, sonrojantes, no tienen ni punto de comparación con la que se vivió el sábado, sí, el sábado, el día preferido para jugar por los jugadores del Daimiel, ante el colista de la tabla de Preferente, el Al-Basit de Albacete. Un equipo ascendido de rebote por la desaparición del Gimnástico de Alcázar. Un equipo que que no había ganado ni un sólo partido hasta la fecha, siendo el único de la categoría que no lo había hecho. Un equipo que había recibido nueve goles en los últimos tres partidos. Un equipo donde no cobra nadie. Ni poco, ni mucho, nada. Un equipo en el que el lateral izquierdo, Víctor, es juvenil de Liga Provincial. Un equipo que se "chupó" 200 kilómetros de ida, y otros 200 de vuelta en coches particulares; nada de autobús. Un equipo, en suma, que pese a sus evidentes carencias, defendió su camiseta de forma mucho más aguerrida que el equipo local y se hizo acreedor de un triunfo justo. Desde luego la fiesta que había en el vestuario visitante (con un equipo de música y unos bafles que ya quisieran en algún disco-bar dimieleño-¿dónde lo meterían en los maleteros de los turismos?-) fue absolutamente merecida aunque sólo fuera por la autoexigencia con la que afrontaron el partido.
Se puede perder, insistimos, pero lo preocupante, lo muy preocupante, es que el equipo no reacciona. Se le han atragantado rivales que parece que van a ser los de su Liga, es decir, los de la permanencia, y hay jugadores en un alarmante estado de baja forma y que no son ni la sombra de lo que han demostrado que pueden ser. Es posible que la ausencia de un preparador físico se esté notando en la plantilla, y no tanto por el trabajo y la planificación, sino también por la labor de "confesionario" que suelen desarrollar.
Debut con mucho infortunio del presidente-jugador
Como decíamos al principio cuatro cambios hizo Kapa con respecto a Tobarra. Debutaba el presidente-jugador, Javivi, con la malísima fortuna de ser el autor del gol de la derrota de su equipo al marcar en propia puerta. Javivi llevaba sin jugar un partido de fútbol desde el 17 de mayo, es decir, casi cinco meses. Debutaba Moisés, que no jugaba un partido desde el 21 de diciembre de 2014, osea, casi diez meses fuera de la competición; y debutaban como titulares, Jesús y Ramón, tras un par de partidos en los que participaron en la segunda mitad.
Se puede entender que ante el Al-Basit, y dado el potencial del rival, Kapa quisiera dar minutos tanto a Jesús como a Ramón (que aunque hayan jugado en esos dos partidos anteriores, llevaban inactivos mucho tiempo) y que incluso forzara el regreso de Javivi y de Moisés. El de este último, quizá demasiado, porque a los 15 minutos tuvo que ser sustituído porque, según el jugador, no sentía buenas sensaciones y podía romperse.
¿Y quién se quedó fuera? Pues en algunos casos sorprendió bastante la apuesta de Kapa. Por ejemplo Javivi jugó de central, cuando esperábamos que fuera a ser el medio centro defensivo por el que tanto suspira el técnico. El perjudicado fue Miguel, que hasta el sábado había sido titular en todos los partidos. La entrada de Moisés en el centro del campo llevó al banquillo a Valdini, dado que su posición de lateral la ocupó Carlos, en la izquierda, mientras que Ismael Negrete pasó a la derecha. Y a su vez la dupla de delanteros ocupada por Jesús y Ramón, dejó fuera a Jona y a Jose. Este último pasó de titular en Tobarra a no ir ni convocado.
Pero probalemente lo más llamativo fue la ausencia de Álvaro en la convocatoria, que una vez ya repuesto de sus dolencias, era un jugador llamado a llevar las riendas del centro del campo y en el que se tinen depositadas muchas esperanzas, pero de momento, muy poco ha aportado al equipo.
Primera parte tediosa
El partido tiene muy poco que contar. Un Daimiel espeso, sin ideas, sin circulación de balón, sin mordiente, que llegaba tarde a los balones divididos (de ahí las tarjetas) se vio superado en varias fases por el ímpetu del Al-Basit. Las ocasiones llegaron de la mano de los rojillos, siempre por robo de balón en la medular. Primero Ivi no llega a puerta vacía a un balón que le sirvió Curro. Luego el propio Ivi puso a prueba a Monra que despejaba con los pies, y en el 33 (ya con Ráez en el campo tras sustituir a Moisés en el minuto 15), Ivi remataba con la cabeza al larguero, la pelota botaba fuera claramente (aunque el Al-Basit pidió gol) y se salía. Primer susto gordo.
Del Daimiel había pocas noticias, pero al menos respondió a ese susto con otro similar. En la mejor jugada combinativa de todo el partido, Francis cedía a Cala, este se perfilaba y mandaba un buen disparo al larguero. Eso fue todo en el primer tiempo donde el Daimiel dejaba claros síntomas de impotencia ante un rival verdaderamente asequible.
Segunda parte de impotencia
La segunda mitad siguió por los mismos derroteros. Equipo deslabazado, roto, jugadores individualistas, infinitas pérdidas de balón, pasividad en los balones divididos, baja forma en determinados elementos y un Al-Basit tranquilo y colocado esperando la oportunidad del contragolpe pero sin cerrarse, ni mucho menos, en su área. Dos equipos que daban la sensación de que no estaban capacitados para hacerlo mejor.
Con todo, hubo un par de fogonazos que encendieron la mecha de la ilusión de un posible gol local de aquella manera. Jesús y Ramón fueron los protagonistas. En el primer caso el meta Adri estuvo acertado. En el segundo, el delantero llegó un poco trastabillado y sin fuerza en los metros finales disparando muy flojo.
Pero el jarro de agua helada llegaba en el minuto 67. Ocasión que no podía ser de otra forma. Una falta lateral que bota Sito y Javivi que peina hacia atrás realizando el balón una parábola que se cuela en la portería de un Monra que había salido a despejar el esférico. Era el 0-1 y se atisbaban negrísimos nubarrones.
... Y casi se empata
Quedaba tiempo, pero faltaban ideas. El Daimiel fue un insulso querer y no poder ante un rival que con el marcador a favor se creció. Redobló esfuerzos atrás y a la contra estableció el 0-2 por mediación de Ivi en el 76. Pero Nieto Aguado, que había dado por válido el tanto, lo anulaba a instancias de su asistente por una supuesta falta del delantero sobre Rubio. Honestamente la falta del delantero nadie la vio.
El Daimiel trató de hacer de tripas corazón en los últimos diez minutos donde pareció correr y pelear todo lo que no había hecho antes. El fútbol tiene estas cosas, que puedes arreglar, no siempre, un entuerto en unos minutos explosivos. Y apunto estuvo Ramón de dar una alegría al rematar una falta (insistimos, de otra forma, ni uno ni otro estaban para marcar goles) con la cabeza y mandarla al poste. El rechace le cayó a Mochu en puena posición pero su disparo se le fue cruzado por poco.
Estuvo ahí, en ese fogonazo final, salvar al menos un punto que hubiera seguido siendo un mal resultado teniendo en cuenta el equipo que habia enfrente, pero desde luego, peor ha sido la derrota, y mucho peor, muchísimo, las sensaciones que deja un equipo que necesita recuperar el estado de forma óptimo de jugadores muy importantes y la autoestima en la mayoría de ellos.
La afición, respetuosa
La afición que se congregó en el Estadio Municipal se mostró respetuosa tras el "espectáculo" que había presenciado. El silencio fue sepulcral al acabar el partido. No hubo signos externos de desaprobación, y cuando los jugadores saludaron desde el centro del campo (gesto que les honra, a pesar de los pesares) recibieron aplausos. De momento la pelota está en el tejado de jugadores y cuerpo técnico.
Ojalá y el equipo haya tocado fondo. Los malos partidos desde el día del Caudetano hayan servido para reflexionar que la Preferente exige esfuerzo máximo en todos los partidos, se trabaje a conciencia y se siga confiando en una plantilla que ha demostrado que lo puede hacer mucho mejor. Queda mucha Liga y lo peor es que se caiga en el desánimo y se llegue a una especie de conformismo para una temporada de transición, sin pena, ni gloria, como mal menor. Análisis, corrección de errores y actitud de pretender mejorar. No hay otro camino.
FICHA TÉCNICA
0 DAIMIEL: Monra, Ismael Negrete, Carlos (Mochu, min. 77), Javivi (Adri, min. 73), Rubio, Moisés (Ráez, min. 15), Jesús (Miguel, min. 81), Jony Negrete (Jona, min. 64), Ramón, Francis y Cala.
1 AL-BASIT: Adri, Ayala (Álex, min. 66), Romero, Ivi (Moya, min. 89), Juanan, Curro, Parra (Pablo, min. 73), Sergio, Aarón (Kiki, min. 88), Víctor y Sito.
ÁRBITRO: Nieto Aguado, asistido en loas bandas por Muñoz Machado y Fernández Tostado, de la Delegación de Alcázar de San Juan. Enseñó tarjetas amarillaspor el Daimiel a Moisés, Javivi, Jesús, Jona y Ráez. También la vio el entrenador Kapa. Por el Al-Basit la vio Parra.
GOL:
0-1, minuto 67. Javivi, en propia puerta.
INCIDENCIAS: Estadio Municipal de Daimiel. Unos 350 espectadores en la tarde del sábado. Buena temperatura en tarde de nubes y claros. Césped en regular estado. Se le entregó un banderín al Al-Basit con motivo de su primera visita a Daimiel.
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