El Daimiel vuelve a perder en casa, mientras que TORRECA PIDE CAMBIOS O ÉL SE VA (0-1)

Lo más importante del partido de hoy entre el Daimiel y el Villamalea se produjo en los prolegómenos y al final del mismo, dado que lo que hubo entremedias, es decir los 90 minutos de juego, mejor es olvidarlo cuanto antes. Eso sí, indicar que el Daimiel suma su segunda derrota consecutiva en casa (cuarta en casa en toda la Liga) y ya viene siendo norma que los blancos sirvan de reanimante a equipos que vienen enrachados de forma negativa, como sucedió con San José Obrero y Albacer. En este caso el Villamalea llevaba nueve jornadas sin ganar, con cuatro derrotas consecutivas.

Importantes fueron los prolegómenos, porque explican las declaraciones que al final del partido hacía el todavía técnico del Daimiel CF, Antonio Torreca. Y es que a la hora de dar la convocatoria del equipo blanco para enfrentarse al Villamalea, Torreca dejaba fuera de la misma nada menos que a cuatro jugadores de la primera plantilla, Paco, Heredia, Dani Crognale y Quique. No había motivo aparente para dejarlos fuera, salvo decisión estrictamente técnica. Tampoco estaban los lesionados Bernal y Ruiz.

La sorpresa estribaba en que había cuatro juveniles en el banquillo, uno Jaime Calahorra, como portero suplente ante la baja de Sosa y la falta de un sustituto, pero los otros eran jugadores de campo que habían participado, un día antes, con el equipo juvenil, a saber, Diego (Garzas), Martínez y Ángel. Era toda una declaración de intenciones del técnico que, más o menos, lo había avisado en la previa. Estaba muy claro que esos cuatro jugadores que quedaban fuera de la convocatoria lo iban a tener muy difícil en el Daimiel CF.

El técnico anuncia que se puede ir
Después de la nueva derrota en el campo, las impresiones previas se vinieron a corroborar cuando en la única frase que dijo en la entrevista posterior al partido “o hay cambio en la mentalidad de jugadores y equipo o el que sobra soy yo”. Del partido, ni una palabra. Está claro que Torreca cree que con la actual plantilla el equipo ha tocado techo. Añade que quizá haya cierto conformismo, no solo en jugadores sino en el propio Club, y que si no se asumen cambios, porque el técnico, sin decirlo, piensa que se puede hacer algo grande con unos fichajes que refuercen la plantilla, él se marcha.

Evidentemente el cambio que pide Torreca, también sin decirlo, es de jugadores. Pero por otro lado, la directiva tiene muy claro que el proyecto de esta temporada era el de la permanencia y empezar a contar con jugadores locales. Y que se llegara donde se tuviera que llegar. Incluso se asumían ciertos sufrimientos que hasta ahora no se han producido, salvó, quizá, en el primer tramo de la competición. Los cuatro jugadores “defenestrados” en el día de hoy son jugadores locales, ¿está la directiva dispuesta a olvidarse de sus primeros planteamientos?

Y luego está el tema económico. ¿Puede el club asumir fichajes de campanillas?¿De dónde provendrían?¿Serían asumibles en el ámbito económico que se mueve actualmente el Daimiel CF? En fin, son cuestiones que se tendrán que dilucidar en las próximas horas. Desde luego, las declaraciones de Torreca no parecen un calentón, sino que es algo que venía rumiando el técnico quizá, insisto, guiado por una creencia de que, dada como está la Liga se puede hacer algo más con ciertos fichajes. Pero el problema económico está ahí y, seamos sinceros, la afición no responde ni acompaña. Hoy se han vendido diez entradas. Sí, han leído bien, diez entradas vendidas en el partido de hoy. Poco más de cien personas acudieron al Nuestra Señora del Carmen. Por tanto, ¿merece la pena asumir riesgos económicos realizando fichajes para intentar el hipotético ascenso?

Mal partido y justa derrota
Del partido, más bien poco hay que decir. El resultado se antoja justo, porque siempre estuvo más cerca el 0-1 que un hipotético 1-0. Astillero realizó, una vez más, un soberbio partido y fue decisivo para que el Daimiel llegara con opciones de poder ganar el encuentro porque paró, de forma espectacular, un penalti a Zornoza en el minuto 65.

En la primera parte el Daimiel no existió. Fue el Villamalea el que llevó el peso del juego y el toque del balón en el centro del campo. Los blancos dejaban jugar con mucha comodidad a los celestes. Apenas había presión en la salida de balón y los de Javier Vaquero movían el balón demasiado cómodos, sin problemas, pero tampoco sin causar excesivos agobios. Eso sí, a los 11 minutos llegaba el primer susto cuando Sergio gana la espalda a la defensa y ante la salida desesperada de Astillero desperdicia la ocasión y tira fuera.

Fue la única ocasión clara de los albaceteños en este primer período, a la que respondió el Daimiel con una muy clara, pero más por fallo del portero Jorge, que, dicho sea de paso, se mostró fallón y muy inseguro (algo que no aprovecharon los blancos obligándole mucho más que lo que lo hicieron). El caso es que en una de las pocas veces que el Daimiel presionó sobre la salida de balón del Villamalea (casi siempre lo hicieron tocando), Naranjo robó la pelota y sin pensárselo envió a puerta con Jorge algo descolocado. Cuando parecía que el portero se iba a hacer con el balón sin problemas, este se le escapa, con la buena fortuna de que en vez de ir hacia puerta, el esférico tomó el camino de la línea de fondo para ser córner, ante la risa-desesperación de la parroquia local.

Segunda parte con ganas pero sin juego
En la reanudación la cara del equipo cambió, pero se evidenciaron demasiados errores, tanto en defensa, como en la entrega y en el desborde. Prácticamente nada salió bien. Demasiado patadón, poca combinación, mucho caracoleo, mucho balón atrás. En definitiva, muy poca creación. El Villamalea se echó atrás y esperó sus oportunidades al contragolpe. La defensa hizo aguas y solo Dachu, que retrasó su posición a la de central, mantuvo el tipo y cortó balones muy peligrosos.

En el 51 Zornoza se va de un Saavedra muy desafortunado en el día de hoy, se planta ante Astillero que sale otra vez a la desesperada, obligando al delantero a disparar demasiado cruzado al palo largo y perder otra ocasión de miedo. Poco después es Astillero el que salva a su equipo del primer tanto visitante. El bullicioso Antonio dispara a media altura potente y en buena posición y el meta se luce con una bella palomita enviando a córner.

Sólo un minuto después, en el 65, una falta por llegar tarde en la línea de tres cuartos local la bota Miguel y en el segundo palo Ramos le gana la acción a Saavedra que le hace penalti. Zornoza lo lanzó bien, a media altura y al palo derecho de Astillero, pero este, consumado especialista en los penaltis, adivinó la trayectoria e hizo un paradón de impresión con lo que el balón se fue al córner.

Del 0-1 al 1-0
El penalti espoleó a los blancos que con más ganas que otra cosa buscaban poner en aprietos al inseguro Jorge. La gran ocasión la tuvo Naranjo. En una de las poquísimas acciones combinativas que salieron bien, le ganó la espalda a los centrales, y con todo el tiempo del mundo controló el balón, miró a Jorge, disparó… y mandaba el esférico a la cepa del poste izquierdo de la meta visitante. Desesperación total porque es de las ocasiones que no se deben fallar.

Luego fue Iván el que también lograba zafarse de los defensas y generarse otra ocasión de oro, pero su disparo cruzado lo sacaba Jorge con la punta de la bota, a modo de portero de balonmano. Se sucedieron algunos córneres y faltas laterales, donde Jorge dio muestras de su inseguridad con continuas “salidas a por uvas”, que no eran aprovechadas por los daimieleños.

La última ocasión daimieleña fue un buen balón de Vicente para la incorporación de Javi Murillo, pero este entró sin convicción alguna, dando tiempo a Pedro a que enviara a córner. La entrada del juvenil Diego, dio frescura a la banda izquierda y de sus botas salieron algunos centros destacables. Sin embargo un cambio fue nefasto para los intereses del Daimiel. Torreca retiraba a Dachu (minuto 83), que estaba siendo el mejor atrás, con un Juan Carlos muy fallón y revolucionado (al igual que Saavedra y Jaime Núñez) para sacar al juvenil Martínez. Volvió a retrasar a Alfredo, que como central en el primer tiempo no había estado afortunado.

La puntilla en el 88
Sea por esto o no, el caso es que un contragolpe llevado exclusivamente por Moya, desemboca en una serie de inexplicables fallos a la hora de despejar, con lo que el delantero remata durísimo dentro del área, aún así Astillero logra taponar el durísimo disparo, pero la pelota sale hacía arriba, de forma mansa, pero con dirección a la portería. Los esfuerzos de unos por sacarla (Saavedra y Astillero) y otro por rematarla (Moya), el caso es que nadie la toca hasta que ya está dentro y subiendo al marcador el único tanto del partido.

De ahí al final, más de lo mismo. Balones a la olla, prisas, protestas, pérdidas de tiempo… para, al fin y a la postre, firmar una nueva derrota en casa, la cuarta (segunda consecutiva), ante un equipo que venía en crisis. El Villamalea tuvo más y mejores ocasiones de gol y deja tocado y en crisis institucional a un Daimiel que parece haber perdido las señas de identidad que le llevaron a ilusionar a la afición con hacer algo importante en la categoría.

FICHA TÉCNICA
0 DAIMIEL: Astillero, Saavedra, Jaime Núñez, José Carlos, Alfredo, Vicente, Agus (Diego, min. 70), Dachu (Martínez, min. 83), Iván, Naranjo y Alberto Pérez (Javi Murillo, min. 45).

1 VILLAMALEA: Jorge, Abel, Pedro, Paz, Guillermo, Miguel, Diego (Moya, min. 64), Ramos, Antonio, Zornoza (Eleazar, min. 81) y Sergio (Juanma, min. 91).

ÁRBITRO: Gallego Abellán, asistido en las bandas por Diezma Rosell y Lozano Pozuelo, de la delegación de Toledo. Pasó totalmente desapercibido. Mostró tarjetas amarillas a los jugadores del Daimiel, Alfredo y Diego.

GOL:

0-1, minuto 88. Moya.

INCIDENCIAS: Campo de Fútbol Nuestra Señora del Carmen. Pobre asistencia de público, con sólo diez entradas vendidas. Poco más de un centenar de aficionados. Lluvia en casi todo el partido. Césped artificial en buenas condiciones. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de un familiar del jugador del Daimiel CF, Bernal.

LA FOTO DE LA AFICIÓN